PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 9 - Número 2409 ~ Martes
22 de Julio de 2014
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Iniciamos esta edición de “Pequeñas Semillitas” bendiciendo a Dios con estas hermosas
expresiones del sacerdote jesuita español José Enrique Galarreta:
Bendito seas, mi Dios, mi aire, que estás ahí, tan cierto
como el aire que respiro.
Bendito seas, mi Dios, mi viento, que me animas, me
empujas, me diriges.
Bendito seas, mi Dios, mi agua, esencia de mi cuerpo y de
mi espíritu, que haces mi vida más limpia, más fresca, más fecunda.
Bendito seas, mi Dios, mi médico, siempre cerca de mí,
más cerca cuanto me siento más enfermo.
Bendito seas, mi Dios, mi pastor, que me buscas buenos y
frescos pastos, que me guías por las cañadas oscuras, que vienes a mí cuando
estoy perdido en la oscuridad.
Bendito seas, mi Dios, mi madre, que me quieres como soy,
que por mí eres capaz de dar la vida, mi refugio, mi seguridad, mi confianza.
Bendito seas, Dios, bendito seas.
¡Buenos días!
No sólo palabras
El hombre es un
ser sociable. Para crecer como persona, necesitas de los demás. Más allá de los
pequeños grupos, debes unirte en la comunidad política amplia. El compromiso
por el bien común nos urge a liberarnos de todo resto de individualismo, pues
somos corresponsables de la vida social y política de nuestra Patria.
Un candidato a un puesto público de nuestro
país estaba haciendo su campaña para obtener el mayor número de votos. Uno de
los electores decidió someterlo a una prueba. Una noche, ya tarde, llamó a la
puerta del candidato y le dijo: —Necesito ayuda. Se paró mi coche. ¿No podría
usted hacerme el favor de darme un empujón?
—Por supuesto - se oyó desde el interior de la casa y los dos hombres salieron
rumbo al coche. Al llegar al automóvil, el propietario se subió y dejó
sorprendido al candidato, poniendo enseguida en marcha el motor. Asomándose por
la ventanilla, el elector le dijo al admirado candidato:
—Únicamente quería saber si usted es el tipo
de hombre por quien se puede votar.
Urge crecer en
cultura cívica para involucrarse en el control de la gestión gubernativa. La
política, así entendida, es uno de los más nobles servicios al hombre y a la
sociedad, y el principal instrumento de gestión del bien común. Los candidatos deben
ser personas capaces, honestas y prudentes, dotadas de autoridad moral.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
El primer día de la semana va María Magdalena de
madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del
sepulcro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a
quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no
sabemos dónde le han puesto».
Estaba María junto al sepulcro, fuera, llorando. Y mientras
lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados
donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les respondió: «Porque se han
llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a
Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué
lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el encargado del huerto, le
dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo
llevaré». Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní»
—que quiere decir: “Maestro”—. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he
subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y
vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo a los
discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras. (Jn
20,1-2.11-18)
Comentario
Hoy celebramos con gozo a santa María Magdalena. ¡Con
gozo y provecho para nuestra fe!, porque su camino muy bien podría ser el
nuestro. La Magdalena venía de lejos (cf. Lc 7,36-50) y llegó muy lejos…. En
efecto, en el amanecer de la Resurrección, María buscó a Jesús, encontró a
Jesús resucitado y llegó al Padre de Jesús, el “Padre nuestro”. Aquella mañana,
Jesucristo le descubrió lo más grande de nuestra fe: que ella también era hija
de Dios.
En el itinerario de María de Magdala descubrimos algunos
aspectos importantes de la fe. En primer lugar, admiramos su valentía. La fe,
aunque es un don de Dios, requiere coraje por parte del creyente. Lo natural en
nosotros es tender a lo visible, a lo que se puede agarrar con la mano. Puesto
que Dios es esencialmente invisible, la fe «siempre tiene algo de ruptura
arriesgada y de salto, porque implica la osadía de ver lo auténticamente real
en aquello que no se ve» (Benedicto XVI). María viendo a Cristo resucitado “ve”
también al Padre, al Señor.
Por otro lado, al “salto de la fe” «se llega por lo que
la Biblia llama conversión o arrepentimiento: sólo quien cambia la recibe»
(Papa Benedicto). ¿No fue éste el primer paso de María? ¿No ha de ser éste
también un paso reiterado en nuestras vidas?
En la conversión de la Magdalena hubo mucho amor: ella no
ahorró en perfumes para su Amor. ¡El amor!: he aquí otro “vehículo” de la fe,
porque ni escuchamos, ni vemos, ni creemos a quien no amamos. En el Evangelio
de san Juan aparece claramente que «creer es escuchar y, al mismo tiempo, ver
(…)». En aquel amanecer, María Magdalena arriesga por su Amor, oye a su Amor
(le basta escuchar «María» para re-conocerle) y conoce al Padre. «En la mañana
de la Pascua (…), a María Magdalena que ve a Jesús, se le pide que lo contemple
en su camino hacia el Padre, hasta llegar a la plena confesión: ‘He visto al
Señor’ (Jn 20,18)» (Papa Francisco).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa María Magdalena
Discípula del Señor
Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el
Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte
Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de
Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos (s. I).
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“Los Sacramentos de la Iglesia no son apariencias, no son
ritos; los Sacramentos son la fuerza de Cristo, está Jesucristo. Cuando
celebramos la Misa, en la Eucaristía está Jesús vivo, Él, vivo, que nos reúne,
nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre. Y el compromiso apostólico de
llevar el Evangelio a todas partes, incluso en las más hostiles, constituye el
fruto más auténtico de una asidua vida sacramental, porque es participación a
la iniciativa salvífica de Dios, que quiere dar la salvación a todos".
Papa Francisco
Tema del día:
El peligro de las brujerías
El exorcista canadiense, P. Françoise-Marie Dermine
(foto), advirtió a los católicos que creer en supersticiones y usar la magia
para solucionar los problemas, es -en el fondo- confiar más en el demonio que
en la Providencia de Dios.
"La superstición abre las puertas a la magia, y la
magia abre las puertas al demonio, porque cuando una persona recurre a la magia
no tiene confianza en Dios, piensa que Él no puede darle lo que quiere,
entonces acude a los brujos para lograrlo", expresó en una entrevista con
el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
"Lo que no saben -añadió el sacerdote exorcista- es
que el brujo realiza ritos y emplea signos de los cuales el demonio se sirve
para hacer su voluntad".
El sacerdote, que participó en el IX Congreso de
Exorcistas de la Arquidiócesis de México el año pasado, explicó que la
superstición nace de la falta de fe, pero "también puede deberse a causas
psicológicas ocasionadas por carencias afectivas en la infancia, porque cuando
una persona no se siente amada por sus padres, empieza a buscar protección en el
mundo mágico".
Sin embargo, advirtió que "la magia siempre es magia
y tiene complicidad con el demonio, siempre interviene una potencia externa que
no es Dios, y esto no trae nada bueno, es contraproducente porque quizás sí
obtengas lo que quieres, pero hay un después, y el demonio te cobra lo que tú
le pediste".
Asimismo, indicó que una superstición es también otorgar
a un santo más poder que Dios, "por ejemplo, cuando una persona enciende
una vela a san Benito y lleva como amuleto una medalla con su imagen, pero
sigue viviendo una vida desordenada, eso no sirve de nada".
El exorcista explicó que hay supersticiones pasivas y
activas, que son más graves porque tienen el propósito de provocar un efecto,
como creer en ídolos, atribuir al demonio el mismo poder de Dios o creer que el
diablo es la causa ordinaria y constante de fenómenos que no podemos
comprender.
El P. Dermine también advirtió a los católicos sobre el
engaño que hacen los brujos al utilizar imágenes de santos o de la Virgen de
Guadalupe para tranquilizar a las personas que llegan a solicitar sus
servicios.
Finalmente, exhortó a los católicos a estar en guardia y
no creer en amuletos, pues "si tuvieran fe, más confianza en Dios, todo
esto no existiría. Está claro que en la vida hay problemas y dificultades,
Jesús habla de que en esta vida vamos a tener afanes, dificultades, que hay una
cruz que cargar".
Pero al mismo tiempo, explica el sacerdote, Jesús
"nos dice que tener confianza en que Dios está presente, nos da la fuerza
espiritual para enfrentar con cualquier dificultad".
Fuente: Catolicidad
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Un estímulo todos los días
Julio 22
Recuerda que tanto un enfermo como una mujer durante el
parto pueden dejarse tomar de la mano por el ser amado, percibir su mirada de
ternura, recibir su pacífico consuelo, y experimentar un gozo supremo de amor
en medio del dolor.
En esos instantes, el otro se convierte en un auténtico salvador de la propia vida, aunque no
nos libere de la enfermedad o del dolor que nos lastima.
Así también, poco a poco, cuando algo nos limita, nos
molesta, nos perturba y nos persigue, podemos llegar a reconocer la mano, la
mirada, la presencia amorosa de Jesús
en medio del sufrimiento. Eso hace que ya no nos obsesione liberarnos de ese
dolor, porque estamos centrados en Jesús, hemos sido sacados de nosotros mismos
y así alcanzamos la cima del amor en esta vida.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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