lunes, 28 de julio de 2014

Pequeñas Semillitas 2415

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2415 ~ Lunes 28 de Julio de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Los bienes de este mundo son limitados, provisorios y caducos. ¡Pensar que muchas veces buscamos llenarnos con más y más cosas que son "pan para hoy y hambre para mañana"! 
Lo decía San Agustín: Señor, hiciste nuestro corazón a tu medida, inquieto estará hasta que en ti no descanse. También Santa Teresa escribió en sus versos que sólo Dios basta, sólo él puede colmar las ansias de nuestra alma.
Nos preguntemos, Dios y su reino, ¿son nuestro más preciado tesoro? ¿Seríamos capaces de renunciar a cualquier bien de este mundo con tal de no perderlo?

¡Buenos días!

El pavo y el gallo
Augurios para el día de la boda: “Que tengan el coraje de amarse siempre. Que tengan el valor de perdonarse siempre. Que tengan la paciencia de comenzar cada día. Que tengan la dicha de ser amigos. Que tengan la valentía de ser sinceros. Que tengan el corazón y la puerta abiertos para todos”.

Un pavo estaba pegando una tremenda paliza a su pobre compañera; y un gallo le preguntó el por qué de tanto furor. Resolló un tanto el pavo, y secándose el sudor: —¿No ve –dijo–, que fue esa pava a contar por todas partes un secreto que yo le había confiado? —¿Y por esto le pegas? –dijo el gallo–. Pues, amigo, otra vez no la maltrates, que será más decente; ni le confíes tus secretos, que será más prudente. Daireaux.

Que tengan el gozo de ser fieles por amor y no por obligación. En fin, que tengan la felicidad de llegar juntos al final del camino, habiendo constatado y mostrado que el amor es posible… si cada día lo pedimos a Dios”. Y no olvides: La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús propuso todavía otra parábola a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas».
Les dijo otra parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo». Todo esto dijo Jesús en parábolas a la gente, y nada les hablaba sin parábolas, para que se cumpliese el oráculo del profeta: ‘Abriré en parábolas mi boca, publicaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo’. (Mt 13,31-35)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos presenta a Jesús predicando a sus discípulos. Y lo hace, tal como en Él es habitual, en parábolas, es decir, empleando imágenes sencillas y corrientes para explicar los grandes misterios escondidos del Reino. Así podía entender todo el mundo, desde la gente más formada hasta la que tenía menos luces.
«El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza...» (Mt 13,31). Los granitos de mostaza casi no se ven, son muy pequeños, pero si tenemos de ellos buen cuidado y se riegan... acaban formando un gran árbol. «El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina...» (Mt 13,33). La levadura no se ve, pero si no estuviera ahí, la pasta no subiría. Así también es la vida cristiana, la vida de la gracia: no se ve exteriormente, no hace ruido, pero... si uno deja que se introduzca en su corazón, la gracia divina va haciendo fructificar la semilla y convierte a las personas de pecadoras en santas.
Esta gracia divina se nos da por la fe, por la oración, por los sacramentos, por la caridad. Pero esta vida de la gracia es sobre todo un don que hay que esperar y desear con humildad. Un don que los sabios y entendidos de este mundo no saben apreciar, pero que Dios Nuestro Señor quiere hacer llegar a los humildes y sencillos.
Ojalá que cuando nos busque a nosotros, nos encuentre no en el grupo de los orgullosos, sino en el de los humildes, que se reconocen débiles y pecadores, pero muy agradecidos y confiados en la bondad del Señor. Así, el grano de mostaza llegará a ser un árbol grande; así la levadura de la Palabra de Dios obrará en nosotros frutos de vida eterna. Porque, «cuanto más se abaja el corazón por la humildad, más se levanta hacia la perfección» (San Agustín).
Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Les Fonts del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Víctor I
Papa y Mártir
En Roma, san Víctor I, papa, africano de nacimiento, que fijó para todas las Iglesias la celebración de la fiesta de Pascua en el domingo que sigue inmediatamente a la Pascua judía (c. 200). Información más amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

 “Cuando me preguntaron sobre algún arma
capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica
yo sugerí la mejor de todas: la PAZ”
-Albert Einstein-


Aviso de “Pequeñas Semillitas”
Informo a los lectores que desde Agosto se incorporará un nuevo servicio en la página (blog) de “Pequeñas Semillitas” en internet.
Se trata de un acceso que estará colocado en la columna de la derecha del blog, con el título de “Biblioteca de Pequeñas Semillitas”, que permitirá ingresar a una página con archivos en tres modalidades: PPS, Word y PDF.
Allí iré almacenando poco a poco los mejores PPS seleccionados entre los que envío por correo a los lectores que están suscriptos para esa modalidad; como así también archivos de texto (Word) destacados; y archivos de texto e imagen (PDF) que sean de interés general.
Como todos lo que se brinda en “Pequeñas Semillitas”, este nuevo servicio será de acceso libre y gratuito.

Tema del día:
La oración del Padrenuestro
Jesucristo nos dejó la oración del Padrenuestro cuando le preguntaron claramente: "Señor, enséñanos a orar" (Lc. 11, 1). El Padrenuestro es, por tanto, la oración por excelencia, el resumen y modelo de toda oración cristiana y una fuente abundante de reflexiones, enseñanzas y consejos.

Rezar el Padrenuestro no es cualquier cosa, como no lo es decirle a nuestra madre "te amo", "te quiero", "te extraño". No si se dice desde dentro. Nos exige ubicarnos. Cuando rezamos esta oración y la rezamos con el corazón conviene tener ciertas actitudes: adoptar la posición de niños necesitados y cariñosos con un Padre que nos quiere, con humildad, disposición de alabarlo y sabiendo que unimos nuestra oración a la de Cristo y a la de todos mis hermanos.

Rezar el Padrenuestro es pensar en el cielo, en el lugar que nos aguarda donde estaremos al lado de la persona que más nos ama; rezar el Padrenuestro es detenerse de vez en cuando para gustar por un momento las palabras "que estás en el cielo", para imaginar a Dios Padre esperándonos allá arriba; es mirar hacia abajo otra vez y ver que el camino hacia el cielo es largo y escabroso y reemprender la marcha.

Rezar el Padrenuestro es reflexionar un segundo en la frase "santificado sea tu nombre" para recordar lo que esto significa: ¿Cuándo santifico tu nombre, Señor? Santifico tu nombre cuando reconozco tu bondad y tu poder, cuando me maravillo al ver tus obras, cuando te alabo, te canto y celebro tus dones. Es saber que no soy yo el que santifico a Dios sino que Dios es santificado en mí cuando lo reconozco, lo bendigo y obro según su voluntad.

Por otro lado ¿Cuántas veces no hemos rezado el Padrenuestro? ¿Cuatro mil, diez mil, treinta mil veces? ¿Cuántas veces entonces no hemos pedido "hágase tu voluntad", "perdona como perdonamos", "venga tu reino"? ¡Imagínate pedir diez mil veces el mismo favor! Pero ¿sabemos bien lo que pedimos?

Cuando pedimos que venga su Reino estamos pidiendo que venga Cristo y todo su Reino, su vida, sus intereses, sus amores a mí. Que se realice el Reino en cada uno de nosotros, como expresaba Orígenes. En otras palabras, estamos pidiendo ver, pensar, actuar y ser como Cristo y así hacer realidad sus palabras "el Reino de Dios está entre ustedes" (Lc. 17, 21).

Cuando pedimos que se haga su voluntad pedimos, en definitiva, que seamos santos porque solo sus creaturas libres, nosotros, podremos hacer la voluntad de Dios con perfección y amor, como la hizo María Santísima con su hágase. En realidad pedimos ser fuertes. En relación esta frase "hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo" te recomiendo esta oración, una bella forma de meditar y rezar que se cumpla siempre su voluntad.

Cuando pedimos el pan lo hacemos como necesitados, como un mendigo extendiendo la mano y que pide lo indispensable para vivir: techo, alimento y vestido. También pedimos como mendigos en el espíritu: pedimos la gracia, la Eucaristía, la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.

Cuando pedimos perdón pedimos libertad, liberación y paz; pedimos misericordia y comprensión y pedimos una verdadera capacidad para perdonar y olvidar: "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos". Esta breve oración te podrá ayudar también a alcanzar y pedir perdón.

Y finalmente "no nos dejes caer en tentación" sino "líbranos del mal" que nos regresa a esa actitud filial y humilde. Nos recuerda que tenemos tentaciones, que caemos a veces en ellas pero que tenemos a un Padre fuerte que nos puede proteger y cuidar.
Autor: Carlos García / Fuente: la-oración.com / Imagen: Google

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Un estímulo todos los días
Julio 28
Algunas personas están preocupadas por convertirse en seres extraordinarios, destacados, reconocidos por algo fuera de lo común. No soportan ser uno más. Pero luego si logran mucha fama, necesitan esconderse para que no los acosen, y prefieren una vida más reservada y tranquila. Otros se van al extremo opuesto y sólo les interesa la tranquilidad. Han renunciado a muchas cosas interesantes de la vida y ya no desarrollan sus capacidades, porque prefieren aislarse cómodamente.
Entre esos dos extremos, quizás esté la verdad. No se trata de ser extraordinarios. Ser uno más no tiene nada de malo. Lo importante es no desperdiciar las propias capacidades y encontrar el gusto de desarrollar los dones que Dios nos ha regalado. No para ser admirados o elogiados, sino por fidelidad a nosotros mismos y al Señor.
Entonces sí podrás evitar el aislamiento y la mediocridad, pero al mismo tiempo vivirás en la paz interior de los humildes. Podrías intentarlo.
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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