lunes, 24 de noviembre de 2014

Pequeñas Semillitas 2524

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 9 - Número 2524 ~ Lunes 24 de Noviembre de 2014
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Nuestra vida cotidiana debe ser una imitación de Jesucristo. Porque nuestra vida de cada día debe ser agradable a Dios Padre, y será tanto más agradable a Dios Padre cuanto mayor sea nuestra semejanza con Jesús, su Hijo.
Jesús nos ha dejado una regla de oro que tenemos que practicar siempre, y es que no debemos hacer a nadie lo que no querríamos que nos hagan a nosotros, y hacer a los demás lo que sí nos gustaría que hicieran por nosotros.
Pensemos que Jesús predicó solo los tres últimos años de su vida, pero los otros treinta anteriores los pasó con su familia, en su casa, trabajando, rezando, haciendo las cosas comunes de todos los hombres, pero haciéndolas con mucho amor a Dios. Nosotros también debemos hacer otro tanto y cumplir con las acciones comunes de cada día haciéndolas con amor, pensando en Dios, en que Él nos ve y nos premiará todas las buenas obras.
Jamás dejemos entrar el odio en nuestras almas. Dios no quiere que odiemos a nadie, por malo que nos parezca, porque el odio viene del Maligno y el que muere con odio en el corazón se va al Infierno.
Perdonemos de corazón a todos, para ser perdonados por Dios y tener el alma en paz, porque un alma con resentimiento y odio, nunca estará en paz.
www.santisimavirgen.com.ar

¡Buenos días!

Los ríos y el mar
Para tener una buena convivencia con los demás, trata de ser comprensivo, poniéndote en su lugar. Al dialogar con ellos destaca siempre lo que los une. Acepta al vecino, a los del equipo de trabajo tales como son y trata de expresar con sinceridad lo bueno que hacen. Cuando existe comprensión es más fácil ser amable y vivir con plenitud la tolerancia mutua.

Se juntaron los ríos para quejarse ante el mar diciéndole: —¿Por qué si nosotros te entregamos agua dulce y potable, haces tal trabajo, que conviertes nuestras aguas en saladas e imposibles de beber? El mar, percibiendo que querían echarle la culpa del asunto, dijo: —Por favor, dejen de darme agua y entonces ya no volverán a salarse sus aguas. Esopo.

La fábula de hoy señala defectos del diario convivir: quejas sin fundamento, falta de verdadero diálogo, incapacidad de buscar juntos la verdad. Trata de simplificar los problemas en vez de agrandarlos. No acumules las sombras y en todo busca resquicios de luz y caminos de esperanza.  Con serenidad construye la paz en tu ambiente.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, alzando la mirada, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en el arca del Tesoro; vio también a una viuda pobre que echaba allí dos moneditas, y dijo: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir». (Lc 21,1-4)

Comentario
Hoy, como casi siempre, las cosas pequeñas pasan desapercibidas: limosnas pequeñas, sacrificios pequeños, oraciones pequeñas (jaculatorias); pero lo que aparece como pequeño y sin importancia muchas veces constituye la urdimbre y también el acabado de las obras maestras: tanto de las grandes obras de arte como de la obra máxima de la santidad personal.
Por el hecho de pasar desapercibidas esas cosas pequeñas, su rectitud de intención está garantizada: no buscamos con ellas el reconocimiento de los demás ni la gloria humana. Sólo Dios las descubrirá en nuestro corazón, como sólo Jesús se percató de la generosidad de la viuda. Es más que seguro que la pobre mujer no hizo anunciar su gesto con un toque de trompetas, y hasta es posible que pasara bastante vergüenza y se sintiera ridícula ante la mirada de los ricos, que echaban grandes donativos en el cepillo del templo y hacían alarde de ello. Sin embargo, su generosidad, que le llevó a sacar fuerzas de flaqueza en medio de su indigencia, mereció el elogio del Señor, que ve el corazón de las personas: «De verdad os digo que esta viuda pobre ha echado más que todos. Porque todos éstos han echado como donativo de lo que les sobraba, ésta en cambio ha echado de lo que necesitaba, todo cuanto tenía para vivir» (Lc 21,3-4).
La generosidad de la viuda pobre es una buena lección para nosotros, los discípulos de Cristo. Podemos dar muchas cosas, como los ricos «que echaban sus donativos en el arca del Tesoro» (Lc 21,1), pero nada de eso tendrá valor si solamente damos “de lo que nos sobra”, sin amor y sin espíritu de generosidad, sin ofrecernos a nosotros mismos. Dice san Agustín: «Ellos ponían sus miradas en las grandes ofrendas de los ricos, alabándolos por ello. Aunque luego vieron a la viuda, ¿cuántos vieron aquellas dos monedas?... Ella echó todo lo que poseía. Mucho tenía, pues tenía a Dios en su corazón. Es más tener a Dios en el alma que oro en el arca». Bien cierto: si somos generosos con Dios, Él lo será más con nosotros.
Rev. D. Àngel Eugeni PÉREZ i Sánchez (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santos Andrés Dung-Lag y compañeros
Mártires Vietnamitas Siglos XVIII y XIX
 
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

La frase de hoy

"Jesús se convierte en el hambriento, 
no sólo de pan sino de amor.
Él se convierte en el desnudo, 
no sólo por un manto que lo abrigue,
sino por ese amor, por esa dignidad humana.
Él se convierte en el que no tiene hogar, 
no sólo por ese lugar en un pequeño cuarto,
sino por ese sincero y profundo amor 
hacia el prójimo, que es la Eucaristía"
~Beata Teresa de Calcuta~

Tema del día:
Matrimonio (?) homosexual
Dos leonas no hacen pareja. Dos gatos, tampoco. No pueden aparearse. Para ello tendrían que ser de distinto sexo y de la misma especie. Son cosas de la zoología. No es producto de la cultura hitita, fenicia, maya, cristiana o musulmana.

Por supuesto no es un invento de la Iglesia. Muchos siglos antes de que Jesús naciera en Belén, el Derecho Romano reconocía el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Después ellos se divertían con efebos, que para eso estaban, para el disfrute. La esposa era para tener hijos.

La palabra matrimonio procede de dos palabras romanas: “matris” y “munio”. La primera significa “madre”, la segunda “defensa”. El matrimonio es la defensa, el amparo, la protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio humano.

Cada palabra tiene su significado propio. Una compraventa gratuita no es una compraventa, sino una donación. Y una enfiteusis por cinco años no es una enfiteusis, sino un arriendo vulgar.

Llamar matrimonio a la unión de dos personas del mismo sexo me parece como poco serio. Jurídicamente, un disparate. De carcajada. Que le llamen “homomonio”, “chulimonio”, “seximonio”, lo que quieran, todo menos matrimonio, que ya está inventado hace tiempo. Nadie llama tarta de manzana a la que está hecha de peras.

Lo curioso es que cuando dices cosas como estas, algunos te miran como extrañados de que no reconozcas la libertad de las personas. Y por más que les dices que sí, que respeto la libertad de todos, que cada uno puede vivir con quien quiera, incluso con su perro, pero que eso no es un matrimonio, van y me llaman intolerante.

No sé lo que harán los parlamentarios españoles a la hora de votar. Son políticos, no juristas. Votarán por razones políticas, no según Derecho. Las consecuencias son graves. Si un varón tiene derecho a casarse con otro varón y una mujer a hacerlo con otra mujer, ¿le vas a negar el derecho a un hermano a casarse con su propia hermana? ¿O a un padre a hacerlo con su hija? ¿No tienen el mismo derecho? La sociedad se quiebra. Huele a podrido. Como en Dinamarca.
Autor: R.P. José Carlos Areán
Capellán del R.C. Celta – Vigo

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Héctor G., de Argentina, quien partió hacia la luz que no tiene fin, a los 27 años de edad, dejando esposa y dos pequeños y hermosos hijos; para que su alma bendita se encuentre en compañía del Señor y su Luz ilumine y guíe a su familia por el camino de la aceptación y la misericordia. Amen.

Pedimos oración para Rosa Ysabel G. S., de Perú, internada hace un mes por neumonía y fibrosis pulmonar, muy delicada, en coma inducido. Rogamos a la Santísima Virgen que interceda por ella ante Jesús para su curación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Un estímulo todos los días
Noviembre 24
“Señor, me llamaste a ser hermano de todos. Penetra mis entrañas con tu amor, Dios de ternura, para que sienta que los demás son mi propia carne, para que me duela su dolor y me alegre con sus alegrías. Ilumina mi mirada, Jesús, para que pueda reconocerte presente en cada uno de ellos, y les ayude a llevar sus cargas como si te ayudara a ti crucificado.
Regálame un oído atento, para que pueda escuchar a los demás con amabilidad y cortesía, dándole suma importancia a sus palabras. Y coloca en mi boca la palabra justa, para decirles lo que ellos necesitan escuchar, lo que tú sabes que les hace falta. Amén.”
Mons. Víctor Manuel Fernández
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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