sábado, 25 de abril de 2015

Pequeñas Semillitas 2665

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2665 ~ Sábado 25 de Abril de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El gesto del saludo de la paz en cada Santa Misa nos recuerda este pedido del mismo Jesús… “quien no ama a su hermano a quién v, no puede amar a Dios, a quien no ve…” (1 Jn 4,21). De allí que cuando se celebra la Eucaristía, toda la Iglesia participa de este misterio de comunión y cada uno de los que participamos en la comunión nos “convertimos en aquello que comemos” (San León Magno).
Esta consideración sobre el misterio de la Eucaristía, reclama de nosotros, una actitud especial. Si la Reconciliación nos exige conciencia de pecado y deseo de conversión, la Eucaristía nos exige conciencia de vivir lo que celebramos.
Participar de la Misa -que no es “oír misa”, como se decía antes- nos da el derecho de sentirnos una comunidad que celebra no un rito vacío y frío, sino que celebra el amor de Dios proclamado en su Cuerpo y en su Sangre, para que hagamos lo mismo que hizo Jesús.
© Mons. Baldomero Martini

¡Buenos días!

Defensa heroica
Stephanie tiene 20 años. Estudia Teología Católica en la Universidad Ave María en Naples, Florida. Movida por el Señor ha creado lo que ha venido a llamar “Equipo de Castidad”, con el fin de promover esta virtud y llevar al conocimiento del amor verdadero entre los jóvenes. Te cuento ahora lo que le pasó a una jovencita portuguesa, beatificada por san Juan Pablo II (2004).

Se hallaba Alejandrina (1904-55) en una habitación del primer piso de su casa con su hermana Deolinda y otra joven, cuando tres hombres se acercaron y exigieron con voz sugestiva que les dejaran pasar. Alejandrina al asomarse por la ventana reconoció a uno que años atrás la molestaba en el trabajo del campo. Enseguida cerró la puerta pero los hombres lograron entrar por otro lado. Deolinda y la compañera pudieron escapar, pero Alejandrina quedó acorralada por este hombre en el ángulo de la habitación. Ella gritaba: "¡Jesús, ayúdame!", azotándolo con su rosario. Detrás de ella había una ventana, a unos 4 metros de altura sobre el jardín. Era su única salida. Ella prefirió lanzarse a una posible muerte antes que consentir a la innoble pasión de aquel hombre. Pero quedó afectada de la columna vertebral para toda la vida.

“Desde que descubrí la virtud de la castidad —narra Stephanie— me he sentido especialmente atraída hacia ella. Cuando era niña leí la vida de Santa María Goretti. Su martirio heroico para guardar su pureza a una edad tan temprana, me asombró y estimuló”. Busca en Google: Stephanie – Equipo  de castidad, y encontrarás interesantes detalles sobre el tema.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban. (Mc 16,15-20)

Comentario
Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”. Cada uno hará su propio análisis y apuntará su particular interpretación.
Pero en la fiesta de san Marcos, escuchando el Evangelio y mirando al evangelizador, no podemos sino proclamar con seguridad y agradecimiento dónde está la fuente y en qué consiste la fuerza de nuestra palabra.
El evangelizador no habla porque así se lo recomienda un estudio sociológico del momento, ni porque se lo dicte la “prudencia” política, ni porque “le nace decir lo que piensa”. Sin más, se le ha impuesto una presencia y un mandato, desde fuera, sin coacción, pero con la autoridad de quien es digno de todo crédito: «Ve al mundo entero y proclama el Evangelio a toda la creación» (cf. Mc 16,15). Es decir, que evangelizamos por obediencia, bien que gozosa y confiadamente.
Nuestra palabra, por otra parte, no se presenta como una más en el mercado de las ideas o de las opiniones, sino que tiene todo el peso de los mensajes fuertes y definitivos. De su aceptación o rechazo dependen la vida o la muerte; y su verdad, su capacidad de convicción, viene por la vía testimonial, es decir, aparece acreditada por signos de poder en favor de los necesitados. Por eso es, propiamente, una “proclamación”, una declaración pública, feliz, entusiasmada, de un hecho decisivo y salvador.
¿Por qué, pues, nuestro silencio? ¿Miedo, timidez? Decía san Justino que «aquellos ignorantes e incapaces de elocuencia, persuadieron por la virtud a todo el género humano». El signo o milagro de la virtud es nuestra elocuencia. Dejemos al menos que el Señor en medio de nosotros y con nosotros realice su obra: estaba «colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban» (Mc 16,20).
Mons. Agustí CORTÉS i Soriano Obispo de Sant Feliu de Llobregat (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Marcos
Evangelista
Junto con su primo Bernabé, fue compañero de san Pablo en la comunidad de Antioquía y en los comienzos de su predicación apostólica en Chipre. Más tarde fue compañero y colaborador de san Pedro durante su permanencia en Roma hasta su muerte; el Apóstol, en su carta primera, lo llama «hijo mío». La tradición considera que Marcos recogió en su Evangelio las catequesis de Pedro a los romanos, y que fue «discípulo e intérprete de Pedro, aunque no hubiera escuchado ni seguido al Señor». Cuando san Pablo estaba prisionero en Roma, le pidió a Timoteo, que se encontraba en Éfeso, que le llevara a Marcos «porque le era muy útil para el ministerio». Según la tradición, Marcos evangelizó en Alejandría de Egipto, fundó aquella Iglesia y sufrió el martirio en tiempo del emperador Trajano.
Oración: Señor, Dios nuestro, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con el ministerio de la predicación evangélica, concédenos aprovechar de tal modo sus enseñanzas que sigamos siempre fielmente las huellas de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco
“La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia”


Tema del día:
24 maneras de amar
Cuando a la gente se la habla de que "hay que amarse los unos a los otros" son muchos los que se te quedan mirando y te preguntan: ¿y amar, qué es: un calorcillo en el corazón? ¿Cómo se hace eso de amar, sobre todo cuando se trata de desconocidos o semi conocidos? ¿Amar son, tal vez, solamente algunos impresionantes gestos heroicos?

Un amigo mío, Amado Sáez de Ibarra, publicó hace muchos años un folleto que se titulaba "El arte de amar" y en él ofrecía una serie de pequeños gestos de amor, de esos que seguramente no cambian el mundo, pero que, por un lado, lo hacen más vividero y, por otro, estiran el corazón de quien los hace.

Siguiendo su ejemplo voy a ofrecer aquí una lista de 24 pequeñas maneras de amar:

1 Aprenderse los nombres de la gente que trabaja con nosotros o de los que nos cruzamos en el ascensor y tratarles luego por su nombre.
2 Estudiar los gustos ajenos y tratar de complacerles.
3 Pensar, por principio, bien de todo el mundo.
4 Tener la manía de hacer el bien, sobre todo a los que no se la merecerían teóricamente.
5 Sonreír. Sonreír a todas horas. Con ganas o sin ellas.
6 Multiplicar el saludo, incluso a los semi conocidos.
7 Visitar a los enfermos, sobre todo sin son crónicos.
8 Prestar libros aunque te pierdan alguno. Devolverlos tú.
9 Hacer favores. Y concederlos antes de que terminen de pedírtelos.
10 Olvidar ofensas. Y sonreír especialmente a los ofensores.
11 Aguantar a los pesados. No poner cara de vinagre escuchándolos.
12 Tratar con antipáticos. Conversar con los sordos sin ponerte nervioso.
13 Contestar, si te es posible, a todas las cartas.
14 Entretener a los niños chiquitines. No pensar que con ellos pierdes el tiempo.
15 Animar a los viejos. No engañarles como chiquillos, subrayar todo lo positivo que encuentres en ellos.
16 Recordar las fechas de los santos y cumpleaños de los conocidos y amigos.
17 Hacer regalos muy pequeños, que demuestren el cariño pero no crean obligación de ser compensados con otro regalo.
18 Acudir puntualmente a las citas, aunque tengas que esperar tú.
19 Contarle a la gente cosas buenas que alguien ha dicho de ellos.
20 Dar buenas noticias.
21 No contradecir por sistema a todos los que hablan con nosotros.
22 Exponer nuestras razones en las discusiones, pero sin tratar de aplastar.
23 Mandar con tono suave. No gritar nunca.
24 Corregir de modo que se note que te duele el hacerlo.

La lista podría ser interminable y los ejemplos similares infinitos. Y ya sé que son minucias. Pero con muchos millones de pequeñas minucias como éstas el mundo se haría más habitable.
© José Luis Martín Descalzo

Humor:
Cinco gotitas

Discutir con tu esposa es como ser arrestado: todo lo que digas puede y será usado en tu contra. Así que mejor usas tu derecho a guardar silencio.

El cerebro es el órgano más importante del cuerpo; funciona 24 horas al día, todos los 365 del año, desde el instante del nacimiento hasta que te enamoras.

-Mamá, ¿de dónde venimos? -De Adán y Eva, hijo. -Pero mi papá me dijo que del mono. -Bueno, así es en su familia.

Las calorías son unos bichitos que se meten en tu closet por la noche y te encogen la ropa. ¡Mi closet está infectado!

La diferencia entre un terrorista y una mujer muy enojada es que con el terrorista puedes negociar.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Delia M., que vivía en Buenos Aires, Argentina, y ayer ha sido llamada al cielo luego de una sufrida enfermedad.

Pedimos oración por María Isabel, de Reconquista, Santa Fe, Argentina, para que Dios la bendiga a ella y a toda su familia, y que la Virgen María acompañe y proteja siempre su camino.

Pedimos oración para la señora Ana Lucía A., de Bogotá, Colombia, quien se encuentra hospitalizada en estado muy delicado. La colocamos en las Santas Manos del Señor para que le dé el don de la salud, con la intercesión de nuestra Señora de Lourdes.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
Cuando en el Génesis se relata la creación del hombre y luego de la mujer, se dice de ella que es “una ayuda semejante” para el hombre. Y la Virgen, que es “la Mujer”, es también, para cada hombre, su ayuda semejante, que está en este mundo para socorrerlo, porque si bien la Santísima Virgen ya está en el Cielo en cuerpo y alma, también está en la tierra, al lado de cada hombre que la necesita.
Recordemos que si nadie nos ama en el mundo, tenemos una Madre que nos ama por todos los que no nos quieren. Incluso no debemos temer el juicio de Dios, porque si confiamos en la Virgen, ya inclinaremos al Juez de nuestra parte, porque Ella, María, es la Madre del Juez, pero también es nuestra Madre, y trata de poner paz entre los hermanos.
Pero para granjearos las ayudas de María, debemos ofrecerle algo que nos cueste, por ejemplo rezarle cada día las tres avemarías, que son prenda de salvación eterna, y Ella nos promete que nos salvará.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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