lunes, 30 de noviembre de 2015

Pequeñas Semillitas 2863

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2863 ~ Lunes 30 de Noviembre de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado Dios, te quiero pedir, en este nuevo día, que me des la capacidad de liberarme de aquello que me ata, me ancla y no me deja crecer. Quiero ser libre frente a recuerdos, amores, amistades, vicios, que me están haciendo daño y que no puedo quitar de mi vida. Hoy quiero solicitarte tu ayuda poderosa, quiero que actúes con todo el poder que hay en Ti y me hagas libre de esas situaciones. Que pueda vivir para Ti, amarte y abrirme a nuevas experiencias de bendición que la vida me está trayendo. No quiero, Señor mío, seguir inmóvil mientras la vida pasa y suma más días y más experiencias. Quiero vivir comprometido con el bien y hacer lo que Tú quieres que haga. Te suplico que hoy pueda dar testimonio de libertad y de fortaleza Y confiar plenamente en tu amor misericordioso. Amén.

¡Buenos días!

La vendedora de flores
Cuando tu vida se encrespa con alguna tormenta, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. No olvides que nada puede acontecer antes que se ponga el sol que no parezca insignificante en el río de los siglos. Mantente sereno e imperturbable diciéndote una y otra vez: “También esto pasará”. Aquí tienes un testimonio que lo confirma.

Ese día la vendedora de flores sonreía más que lo habitual; su arrugado rostro resplandecía de gozo. Por un impulso le compré una de sus rosas. — Se ve usted muy feliz está mañana, le dije. — ¡Claro!, exclamó. Sobran los motivos. Aquella mujer vestía tan pobremente y se veía tan frágil, que su actitud me intrigó. — Sobrelleva sus problemas admirablemente, la elogié. Ella me explicó entonces: — Cuando crucificaron a Cristo, el Viernes Santo, fue el día más triste de la historia. Pero tres días después, él resucitó. Por eso he aprendido a esperar tres días siempre que algo me aflige. Es asombroso: las cosas siempre se arreglan de una u otra manera en ese tiempo. Seguía sonriendo al despedirse de mí. Sus palabras me vienen a la mente siempre que estoy en dificultades.

Repite las tres sabias palabras que nos han transmitido los antiguos, hasta que se conviertan en un hábito tan fuerte que al punto aparezcan en tu mente cuando el buen humor esté por apartarse de ti. Ellas mantendrán tu vida en equilibrio y triunfarás en medio de las adversidades: “También esto pasará” (Og Mandino). Haz la prueba.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. (Mt 4,18-22)

Comentario
Hoy es la fiesta de san Andrés apóstol, una fiesta celebrada de manera solemne entre los cristianos de Oriente. Fue uno de los dos primeros jóvenes que conocieron a Jesús a la orilla del río Jordán y que tuvieron una larga conversación con Él. Enseguida buscó a su hermano Pedro, diciéndole «Hemos encontrado al Mesías» y lo llevó a Jesús (Jn 2,41). Poco tiempo después, Jesús llamó a estos dos hermanos pescadores amigos suyos, tal como leemos en el Evangelio de hoy: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres» (Mt 4,19). En el mismo pueblo había otra pareja de hermanos, Santiago y Juan, compañeros y amigos de los primeros, y pescadores como ellos. Jesús los llamó también a seguirlo. Es maravilloso leer que ellos lo dejaron todo y le siguieron “al instante”, palabras que se repiten en ambos casos. A Jesús no se le ha de decir: “después”, “más adelante”, “ahora tengo demasiado trabajo”...
También a cada uno de nosotros —a todos los cristianos— Jesús nos pide cada día que pongamos a su servicio todo lo que somos y tenemos —esto significa dejarlo todo, no tener nada como propio— para que, viviendo con Él las tareas de nuestro trabajo profesional y de nuestra familia, seamos “pescadores de hombres”. ¿Qué quiere decir “pescadores de hombres”? Una bonita respuesta puede ser un comentario de san Juan Crisóstomo. Este Padre y Doctor de la Iglesia dice que Andrés no sabía explicarle bien a su hermano Pedro quién era Jesús y, por esto, «lo llevó a la misma fuente de la luz», que es Jesucristo. “Pescar hombres” quiere decir ayudar a quienes nos rodean en la familia y en el trabajo a que encuentren a Cristo que es la única luz para nuestro camino.
Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)

Santoral Católico:
San Andrés
Apóstol
Nació en Betsaida, junto al lago de Tiberíades, y fue primero discípulo de Juan Bautista. Encontrándose éste en compañía de dos de sus discípulos, Andrés y Juan Evangelista, pasó Jesús, de quien dijo el Bautista: «He aquí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron y siguieron a Jesús; éste, volviéndose, les preguntó: «¿Qué buscáis?». Ellos le respondieron: «¿Dónde vives?», y Jesús les contestó: «Venid y lo veréis». Ellos fueron y se quedaron con Él aquel día. Andrés se encontró después con su hermano Simón Pedro, y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», y lo llevó donde Jesús. Más tarde, caminando Jesús por la ribera del mar de Galilea, vio a los hermanos Simón Pedro y Andrés echando las redes, y les dijo: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. Según la tradición, después de Pentecostés, Andrés predicó el Evangelio en Asia Menor y en Grecia, y sufrió el martirio en Patrás de Acaya, crucificado en una cruz en forma de aspa.
Oración: Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés, a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

La conciencia de fraternidad como base de la amistad civil, se convierte en el fundamento de una madura vida social y política. La ausencia de esta amistad es un signo de fragilidad que nos aísla, enfrenta y compromete el futuro. El concepto de fraternidad, en cambio, no excluye lo diverso, nos descubre como miembros de una misma comunidad. La conciencia de esta dimensión enriquece el ejercicio de la política.
~ Mons. José M. Arancedo ~

Tema del día:      
Para entender el Año Litúrgico
Con la celebración del Domingo 1° de Adviento, se inicia el nuevo año litúrgico, que estará signado por las lecturas del denominado ciclo C, siguiendo a San Lucas.

La liturgia considera tres ciclos: A, B, y C, uno por año, de tal manera que en tres años quien asiste a las misas dominicales escucha las lecturas de casi todo el Nuevo Testamento y partes sustanciales del Antiguo.

El año litúrgico comienza con el Adviento, tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo, que comprende cuatro semanas que nos llevan a la Navidad

Al terminar el Adviento, comienza el Tiempo de Navidad, que llega hasta la fiesta de la Epifanía.

Allí comienza la primera parte del Tiempo Ordinario, o “durante el año”, que se extiende hasta el martes antes de la Cuaresma.

Al día siguiente es el Miércoles de Cenizas y allí se inicia formalmente el Tiempo de Cuaresma, cuarenta días de preparación para la Pascua. Es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Es tiempo para la conversión del corazón.

Cuaresma se extiende hasta antes que comience la Misa de la Cena del Señor (Jueves Santo). Viene luego el Triduo Pascual y el Domingo de Pascua de Resurrección, que es la mayor fiesta de la Iglesia, en la que se celebra la Resurrección de Jesús. Es el triunfo definitivo del Señor sobre la muerte y primicia de nuestra resurrección.

El Tiempo Pascual dura cincuenta días y finaliza el Domingo de Pentecostés, con la venida del Espíritu Santo, e incluye (en el día 40) la fiesta de la Ascensión del Señor.

Después de Pentecostés sigue el segunda parte del Tiempo Ordinario del año litúrgico que termina con la fiesta de Cristo Rey.

En los “tiempos ordinarios”, la Iglesia sigue construyendo el Reino de Cristo movida por el Espíritu y alimentada por la Palabra que nos permite rememorar los misterios de la vida de Jesús.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Ángel Milanovsky, de San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, de cuya partida al cielo se ha cumplido ayer el primer aniversario. Toda su familia lo recuerda con alegría, tal como él lo fue siempre.

Pedimos oración para Paula Victoria B. A., que es argentina pero está en Houston (USA), embarazada a término y mañana nacerá por cesárea su hijo Julián Benjamín. Que María Inmaculada proteja a ambos y la llegada del bebé sea portadora de abundantes bendiciones para toda la familia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
En Beauraing (diócesis de Namur, Bélgica), desde el mes de noviembre de 1932 hasta en marzo de 1933, la Virgen María se apareció, 33 veces, a cinco niños: Fernanda, Gilberta y Alberto Voisin (de edades comprendidas respectivamente entre quince, trece y once años), y a Andrea y Gilberta Degeimbre (de catorce y nueve años).
Al 29 de diciembre los niños perciben, con los brazos abiertos en señal de adiós, un corazón de oro, todo iluminado. De ahí el nombre de Nuestra Señora de Beauraing: la Señora del corazón de oro. Este corazón de oro recuerda la aparición de Nuestra Señora de Fátima con su corazón inmaculado.
El 2 de diciembre de 1932, la pregunta de los niños: "¿Qué espera de nosotros? "María habla por primera vez:" Que tengan un buen comportamiento "El 21 de diciembre, ante la solicitud de los niños: “Dinos quién eres, ". "María se presenta:". Yo soy la Virgen Inmaculada."
El 3 de enero, María confía un secreto a los tres jóvenes. Les promete: "Voy a convertir a los pecadores." Y de nuevo les dice: "Yo soy la Madre de Dios, la Reina de los Cielos. ¿Amáis a mi Hijo? ¿Me amáis a mí? ... Entonces, sacrificaos por mí. Adiós."

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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