PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 2991 ~ Martes 26 de Abril de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¿Te
acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que no había dogmas ni credos y en el que
el rostro era la expresión de la fe?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que nos contabas hermosas parábolas para descubrirnos y enseñarnos cómo es él?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que el diálogo y la libertad eran caminos necesarios para adentrarnos en la verdadera fe?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que tu mandato resonaba como novedad y dejaba marca y gozo en todo nuestro ser?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que nos contabas hermosas parábolas para descubrirnos y enseñarnos cómo es él?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que el diálogo y la libertad eran caminos necesarios para adentrarnos en la verdadera fe?
¿Te acuerdas, Señor, de aquel tiempo en el que tu mandato resonaba como novedad y dejaba marca y gozo en todo nuestro ser?
¿Te
acuerdas, Señor, de este tiempo con tantas contradicciones y tareas pendientes,
pero que sigue siendo el tuyo, el nuestro, el de él?
¿Os
acordáis, amigos, de aquel tiempo en el que la única norma y mandato era “amaos como yo os he amado”? (Florentino
Ulibarri)
Te pedimos, Señor, que nos ayudes a
recobrar un corazón sensible que se muestre interesado por las penas y alegrías
de nuestro mundo. Un corazón como el tuyo, abierto a las necesidades de los
demás, dolorido ante el sufrimiento ajeno, presto a salir al encuentro de quien nos necesite; un corazón que se vuelque en nuestras manos y en
nuestros labios, que hable de cercanía y de amor, un lenguaje de auténticos
hermanos (Isabel Gómez-Acebo)
¡Buenos días!
El lobo harto y la oveja
La
sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de
distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con
los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no se es, o con jactancias
atribuyéndose uno excelencias que no posee, o con adulaciones cuando se engaña
para sacar algún provecho de los otros.
Un lobo harto de comer y ya sin hambre, vio a una
oveja tendida en el suelo. Dándose cuenta que se había desplomado simplemente
de terror, se le acercó, y tranquilizándola le prometió dejarla ir si le decía
tres verdades. Le dijo entonces la oveja que la primera es que preferiría no
haberlo encontrado; la segunda, que como ya lo encontró, hubiera querido
encontrarlo ciego; y por tercera verdad le dijo: —¡Ojalá, todos los lobos
malvados, murieran de mala muerte, ya que, sin haber recibido mal alguno de nosotras,
nos dan una guerra cruel! Reconoció el lobo la realidad de aquellas verdades y
dejó marchar a la oveja.
La
grandeza de la oveja de la fábula, está en su valentía para no adular al lobo
con mentiras, en una situación de vida o muerte. Así como también resalta la
honestidad del lobo que sostuvo su promesa, a pesar de que la aterrorizada
oveja le cantó verdades en la cara. Que construyas cada día tu vida sobre una
conducta sincera, leal, honesta.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy;
no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde.
Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais
de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo
ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas
cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene
ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el
Padre me ha ordenado». (Jn 14,27-31a)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos habla indirectamente de la cruz: nos dejará la paz, pero al precio de
su dolorosa salida de este mundo. Hoy leemos sus palabras dichas antes del
sacrificio de la Cruz y que fueron escritas después de su Resurrección. En la
Cruz, con su muerte venció a la muerte y al miedo. No nos da la paz «como la da
el mundo» (cf. Jn 14,27), sino que lo hace pasando por el dolor y la
humillación: así demostró su amor misericordioso al ser humano.
En
la vida de los hombres es inevitable el sufrimiento, a partir del día en que el
pecado entró en el mundo. Unas veces es dolor físico; otras, moral; en otras
ocasiones se trata de un dolor espiritual..., y a todos nos llega la muerte.
Pero Dios, en su infinito amor, nos ha dado el remedio para tener paz en medio del
dolor: Él ha aceptado “marcharse” de este mundo con una “salida” sufriente y
envuelta de serenidad.
¿Por
qué lo hizo así? Porque, de este modo, el dolor humano —unido al de Cristo— se
convierte en un sacrificio que salva del pecado. «En la Cruz de Cristo (...),
el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido» (Juan Pablo II). Jesucristo
sufre con serenidad porque complace al Padre celestial con un acto de costosa
obediencia, mediante el cual se ofrece voluntariamente por nuestra salvación.
Un
autor desconocido del siglo II pone en boca de Cristo las siguientes palabras:
«Mira los salivazos de mi rostro, que recibí por ti, para restituirte el
primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis
mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorado. Mira
los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus
pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz,
por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el
árbol prohibido».
* Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Isidoro
Obispo y Doctor de la Iglesia
El
último de los Santos Padres latinos de la Iglesia. Nació hacia el año 560, y
era oriundo, como sus santos hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina, de
Cartagena (España). Educado por su hermano san Leandro, arzobispo hispalense,
le sucedió en la sede sevillana, donde desarrolló su extraordinaria labor
pastoral y literaria, procurando la maduración cultural y moral del clero,
fundando un colegio, prototipo de los futuros seminarios. Su sabiduría iba
unida a una gran humildad y caridad. Compuso libros llenos de erudición, entre
los que hay que destacar el de las Etimologías, organizó bibliotecas, convocó y
presidió varios concilios, entre ellos el IV de Toledo del 633, ordenó la
liturgia hispano-visigoda, dio cánones sabios para renovar la vida de los
religiosos y de los fieles. Después de 40 años de episcopado, murió el 4 de
abril del 636. El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe
culto en la iglesia de su nombre.
Oración: Señor, Dios todopoderoso, tú elegiste a san
Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, para que fuese testimonio y fuente del
humano saber; concédenos, por su intercesión, una búsqueda atenta y una
aceptación generosa de tu eterna verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“El camino para abrir el corazón es la
humillación. Cuando el Señor nos envía humillaciones o permite que vengan las
humillaciones es precisamente para esto: para que el corazón se abra, sea
dócil, para que el corazón se convierta al Señor Jesús. […] La vida cristiana,
entonces, es escuela de humildad que se abre a la gracia. Un comportamiento tal
no es comprendido por quien tiene la presunción de creerse ‘justo’ y creerse
mejor que los otros”
Historias:
¿Te merece?
Cuentan
que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio
pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas
le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo
satisfacía tanto como para convertirse en su reina.
Cierto
día llegó una mendiga al palacio de este rey y con mucha lucha consiguió una
audiencia. “No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor
que siento por ti” le digo al rey: “si me permites puedo hacer algo para
demostrarte ese amor”.
Esto
despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera que sería eso que
podía hacer. Ella dijo: “Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada,
expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo
soportar estos 100 días, entonces me convertirás en tu esposa”.
El
rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo: “Acepto. Si una
mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa”. Dicho esto la
mujer empezó su sacrificio.
Empezaron
a pasar los días y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades…
Muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba
imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando el rey asomaba
la cara desde la comodidad de su habitación para verla y le hacía señas de
aliento con el pulgar.
Así
fue pasando el tiempo… 20 días… 50… la gente del reino estaba feliz, pues
pensaban “¡Por fin tendremos reina!”… 90
días… y el rey continuaba asomando su
cabeza de vez en cuando para ver los progresos de la mujer. “Esta mujer es
increíble” pensaba para sí mismo y volvía a darle alientos con señas.
Al
fin llegó el día 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del
palacio para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del
rey. Fueron contando las horas… ¡A las 12 de la noche de ese día tendrían
reina!… La pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y
contraído enfermedades. Entonces sucedió. A las 23:00 del día 100, la valiente
mujer se rindió… Y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al
sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó.
¡La
gente estaba conmocionada! Nadie podía entender por qué aquella valiente mujer
se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en
realidad… ¡Había soportado tanto!
Al
llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo sucedido. Le preguntó:
“¿Por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?”
Y
ante su asombro ella respondió: “Estuve 99 días y 23 horas en su balcón,
soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese
sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar
siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un
atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron. Entonces entendí: una
persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en sí misma, no
merece mi amor”.
Moraleja: Cuando ames a
alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir,
sacrificar tu esencia y hasta rogar… aunque te duela retírate. Y no tanto porque
las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado,
quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo
compromiso, la misma entrega… Simplemente NO TE MERECE.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso del alma de Marcelo
T., de Argentina. Que encuentre la paz… y que su esposa y pequeños hijos
logren alcanzar resignación cristiana ante la pérdida imprevista.
Pedimos
oración para nuestra lectora y amiga V.
Elena Z. (72 años, Canadá), rogando al Señor Misericordioso que los
resultados de sus estudios que están pendientes sean favorables y negativos
para todo mal.
Pedimos
oración por la bebita Emma M., de la
provincia de Santa Fe, Argentina, nacida con seis meses de gestación, operada
de urgencia de los intestinos, y que sigue internada en estado muy delicado
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Abril 26
Es
todo un arte el saber callar: cuándo, dónde y cómo se debe callar. Ese arte no lo enseña ni la ciencia, ni la
reflexión, sino la propia vida.
Más
te arrepentirás de hablar que de callar; aunque a veces será una verdadera
obligación el que hables y callar entonces será para tí vergonzoso.
Calla
cuando debes callar; jamás hables cuando no debas hablar o cuando no sea
prudente que hables; espera el momento oportuno, para que entonces tu palabra
sea beneficiosa; mientras tanto, conserva tu silencio.
Calla
cuando te halles nervioso, apasionado, no dueño de tí mismo, muy irritado o
indignado; no es el momento, no es la circunstancia propicia para que hables;
en esos casos el silencio es la única actitud que puedes tomar; si hablas, te
arrepentirás tarde o temprano; ¿para qué hacer algo de lo que luego deberás
arrepentirte?
Calla,
pero que tu silencio no sea hostil, sino amable; que calle tu boca, pero que tu
rostro hable con la sonrisa de la bondad y de la comprensión.
“Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa
bajo el sol… un tiempo para callar y un tiempo para hablar” (Ecl 3,1-7).
Trastocar los tiempos no es prudente y a nada positivo conduce.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.