PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3016 ~ Lunes 23 de Mayo de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Yo
creo en un Dios. En ABBÁ, como creía Jesús. Yo creo que el Todopoderoso, creador
del cielo y de la tierra, es como mi madre y puedo fiarme de Él. Lo creo porque
así lo he visto en Jesús, que se sentía Hijo.
Yo
creo que Abbá no está lejos sino cerca, al lado, dentro de mí. Creo sentir su
Aliento como una brisa suave que me anima y me hace más fácil caminar.
Creo
que Jesús, más aún que un hombre es enviado, mensajero.
Creo
que sus palabras son palabras de Abbá. Creo que sus acciones son mensaje de
Abbá.
Creo
que puedo llamar a Jesús la Palabra presente entre nosotros.
Yo
sólo creo en un Dios, que es Padre, Palabra y Viento, porque creo en Jesús, el
Hijo, el hombre lleno del Espíritu de Abbá.
* José Enrique Ruiz de Galarreta
¡Buenos días!
Los perros hambrientos
Hay
en ti dos facultades que te ayudan a tomar buenas decisiones. Son la
inteligencia y la voluntad. La inteligencia evalúa las razones a favor o en
contra, y ve claro lo más conveniente. Entonces tu voluntad se lanza a la
acción. A este proceso se lo llama discernimiento. Es un grave error decidirse
arrastrado por una emoción violenta porque oscurece la razón.
Vieron unos perros hambrientos en el fondo de un
arroyo unas pieles que estaban puestas para limpiarlas; pero como debido al
agua que se interponía no podían alcanzarlas decidieron beberse primero el agua
para así llegar fácilmente a las pieles. Pero sucedió que de tanto beber y
beber, reventaron antes de llegar a las pieles. La ansiedad es mala consejera.
Cuántas
veces, ansioso por liberarte de un problema desagradable y ofuscado por zafarte
cuanto antes, tomas una mala decisión, que al poco tiempo lamentas. Recupera
primero la calma y estudia luego con objetividad el asunto. Puedes también
escuchar el parecer de alguna persona competente que te aclare aspectos
desapercibidos del tema.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Un
día que Jesús se ponía ya en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose
ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia
la vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino
sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes,
no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre».
Él, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud».
Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda,
cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo;
luego, ven y sígueme». Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido,
porque tenía muchos bienes.
Jesús,
mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que
tienen riquezas entren en el Reino de Dios!». Los discípulos quedaron
sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra,
les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios! Es más fácil que
un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de
Dios». Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se
podrá salvar?». Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres,
imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios». (Mc 10,17-27)
Comentario:
Hoy,
la liturgia nos presenta un evangelio ante el cual es difícil permanecer
indiferente si se afronta con sinceridad de corazón.
Nadie
puede dudar de las buenas intenciones de aquel joven que se acercó a Jesucristo
para hacerle una pregunta: «Maestro bueno: ¿qué he de hacer para tener en
herencia la vida eterna?» (Mc 10,17). Por lo que nos refiere san Marcos, está
claro que en ese corazón había necesidad de algo más, pues es fácil suponer que
—como buen israelita— conocía muy bien lo que la Ley decía al respecto, pero en
su interior había una inquietud, una necesidad de ir más allá y, por eso,
interpela a Jesús.
En
nuestra vida cristiana tenemos que aprender a superar esa visión que reduce la
fe a una cuestión de mero cumplimiento. Nuestra fe es mucho más. Es una
adhesión de corazón a Alguien, que es Dios. Cuando ponemos el corazón en algo,
ponemos también la vida y, en el caso de la fe, superamos entonces el
conformismo que parece hoy atenazar la existencia de tantos creyentes. Quien
ama no se conforma con dar cualquier cosa. Quien ama busca una relación
personal, cercana, aprovecha los detalles y sabe descubrir en todo una ocasión
para crecer en el amor. Quien ama se da.
En
realidad, la respuesta de Jesús a la pregunta del joven es una puerta abierta a
esa donación total por amor: «Anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres
(…); luego, ven y sígueme» (Mc 10,21). No es un dejar porque sí; es un dejar
que es darse y es un darse que es expresión genuina del amor. Abramos, pues,
nuestro corazón a ese amor-donación. Vivamos nuestra relación con Dios en esa
clave. Orar, servir, trabajar, superarse, sacrificarse... todo son caminos de
donación y, por tanto, caminos de amor. Que el Señor encuentre en nosotros no
sólo un corazón sincero, sino también un corazón generoso y abierto a las
exigencias del amor. Porque —en palabras de Juan Pablo II— «el amor que viene
de Dios, amor tierno y esponsal, es fuente de exigencias profundas y
radicales».
* P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Juan Bautista de Rossi
Presbítero
Nació
en Voltaggio, provincia de Génova (Italia), el año 1698. A los trece años,
huérfano de padre, se trasladó a Roma, a casa de un tío suyo sacerdote. Para
dar cauce a la vocación sacerdotal que sentía desde pequeño, estudió en el
Colegio Romano de los Jesuitas, y en 1721 se ordenó de sacerdote. En el tiempo
de estudiante sufrió los primeros ataques de epilepsia, que lo atormentarían
toda su vida. Ya presbítero, se entregó con mayor entusiasmo al apostolado que
había iniciado con anterioridad entre los estudiantes, los pobres y los
marginados, los enfermos y los niños abandonados, a todos los cuales aliviaba y
evangelizaba. Al mismo tiempo atendía el confesonario y era un excelente
director espiritual. En línea con su empeño pastoral y caritativo fundó la Pía
Unión de sacerdotes seculares de Santa Galla, tomando el nombre del Hospital u
hospicio de Pobres del que era capellán. Fundó también un hospicio para mujeres
sin casa y desamparadas. En los últimos meses de su vida, se agravó la
epilepsia y le hizo pasar un calvario. Murió en Roma el 23 de mayo de 1764.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“La
primera obligación de todo ser humano es ser feliz.
La
segunda es hacer felices a los demás”
~ Cantinflas ~
Historias:
El día más feliz de su vida
Las
agencias trajeron la noticia. Una joven de veinte años de Tenerife, Noelia
Afonso Cabrera, había sido elegida «Miss Europa 1970». Era el 15 de septiembre.
Ya el año anterior había sido elegida «Miss España 1969».
Un
periodista la entrevistó:
-
Dime, Noelia. ¿Cuál es el momento más feliz de tu vida? Supongo que éste, en el
que te han coronado reina, ¿verdad?
-
No, no. El día más feliz de mi vida fue el de mi Primera Comunión...
-
Pues ¿cómo ibas vestida?
-
Iba vestida de novia.
-
¿Y cómo te gustaría casarte?
-
De Primera Comunión. Sí, me gustaría casarme de blanco...
Noelia,
«Miss Europa», había sido sincera. Ella nunca había sido tan feliz como el día
de su Primera Comunión... Ella tenía la ilusión de vestir de blanco, el color de
la pureza...
Es
que Noelia es devota de la Virgen. Ella se ha postrado muchas veces a los pies
de su Virgencita de la Candelaria, Patrona de las Islas Canarias (España), y en
su regazo de Madre ha aprendido que hay algo más grande e importante que un Concurso
de Belleza y es la blancura del alma. Ella es devota de la Virgen, joven y
hermosa. No hay medio mejor para conservar la pureza que acercarse al Corazón
Inmaculado de nuestra Madre, donde se aprende a amar a Dios y a los hombres con
la sencillez y pureza de un niño de Primera Comunión.
* Web Católico de Javier
Mes de María
Flor del 23 de mayo:
María, la alegría del
Pentecostés
- Meditación:
En el gran día del Pentecostés, el Espíritu Divino descendió cubriendo a todos
con el Fuego del Amor y la Purificación, de Dones los llenó y María llena de
alegría vio a los discípulos de su Divino Hijo así bendecidos. Espiritual
alegría debe tener toda alma, cuando vea descender Gracias del Cielo sobre sus
hermanos, anticipando para Gloria de Dios y bien de la Iglesia, la gran Fiesta.
- Oración:
¡Oh Virgen Santa, Madre de alabanza, que descienda sobre todos tus hijos el
Espíritu Divino, para que seamos guiados por Él y veamos al Rey! Amén.
- Repetir tres veces:
Ven Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón
Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa, ven.
- Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
- Florecilla para este día: Invocar a través del Inmaculado Corazón de María, Esposa
del Espíritu Divino, la venida del Santo Espíritu sobre nosotros.
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por la recuperación de Carlos C.
O., de Bogotá, Colombia, que está padeciendo problemas urinarios y
prostáticos. Que la Santísima Trinidad, con el apoyo y la intercesión de
nuestra Madre la Santísima Virgen María, le concedan la gracia de la salud.
Pedimos oración por la salud
de María Cristina G. G., de Buenos
Aires, Argentina, mujer de frágil salud que ahora está afectada por crisis de
broncoespasmos. Rogamos a Jesús que esté junto a ella y la ayude a superar
estos problemas y a la Virgen María que la fortalezca en su lucha cotidiana.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Mayo 23
He
aquí cuáles son los caminos del Señor, descriptos por un soldado:
"Pedí
a Dios fuerza, para poder realizar; fui tornado débil, para poder aprender a
obedecer humildemente.
Pedí
auxilio, para poder hacer cosas mayores; tuve dolor, para poder hacer cosas
mejores.
Pedí
riquezas, para poder ser feliz; tuve pobreza, para poder ser sabio.
Pedí
todas las cosas, para poder aprovechar la vida; tuve la vida, para poder
aprovechar todas las cosas.
Nada
tuve de lo que pedí; más tuve todo cuanto esperé.
A
pesar de mí, mis ruegos fueron atendidos; yo soy, entre todos los hombres, el
que más dones ha recibido"
No
pocas veces se nos niega lo que pedimos, no por el afán de negarnos, sino
porque no conviene que se nos conceda lo que pedimos y, en cambio, se nos da lo
que no hemos pedido, no porque no lo hayamos pedido, sino porque eso es precisamente
lo que necesitamos.
“Miren cómo nos amó el Padre que quiso que nos
llamáramos hijos de Dios, y lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es
porque no lo ha conocido a Él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios y
no se ha manifestado todavía lo que seremos. Sabemos que cuando se nos
manifieste, seremos semejantes a Él” (1 Jn 3,1-2)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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