PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3139 ~ Lunes 26 de Setiembre de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
famoso escritor y médico inglés A. J. Cronin estaba en una oportunidad
visitando la ciudad de Roma. Un día se fue a dar un paseo por las afueras de la
ciudad y se perdió. Buscaba quién le diera alguna información para volver al
hotel, donde le esperaban sus amigos, cuando vio una capilla y entró en ella.
Era la capilla que recuerda cómo Jesucristo le salió al paso a san Pedro
durante la persecución de Nerón y Pedro le dijo: “¿Quo vadis, Domine?” (¿A
dónde vas, Señor?). Este suceso está relatado en la famosa novela “Quo vadis”
del novelista polaco Sienkievicz, premio nobel de literatura de 1905. También
se hizo famosa la película que hicieron sobre esta novela y que también se
llama “Quo vadis”.
Pues
bien, estando en aquella capilla, Cronin sintió que Jesús le decía: ¿A dónde vas? Como si le preguntara: ¿Cuál es el sentido de tu vida? Cronin
se hizo católico y desde aquel día, en que oyó la voz de Jesús en su corazón,
procuró vivir como un verdadero discípulo de Jesús hasta las últimas
consecuencias.
¡Buenos días!
El profesor de química
“Lo
acepto”: importante actitud para recuperar la paz de tu espíritu, y no
desestabilizarte ante los problemas, cambios, imprevistos, contradicciones que
desarticulan tus mejores proyectos. “Lo acepto”, quiere decir que no te rebelas
ante lo que no se puede evitar, que no desgastarás tus energías lamentándote
contra algo que no puedes cambiar.
Recuerdo que en el secundario mi profesor de química
era muy original: al mismo tiempo que hacía experimentos solía dejar enseñanzas
inolvidables. Una vez tenía en la mano una botella de leche, y noté que a
propósito la dejó caer en la batea del agua. Los alumnos se impresionaron y
prestaron suma atención. Quedaron los vidrios rotos y toda la leche se escurrió
por el desagüe. “La leche está perdida, dijo. No podemos rescatarla más. Seamos
más cuidadosos otra vez y no lloremos nunca por la leche derramada”.
Para
el creyente, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en
sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde
murió Jesús en la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una
de tus contradicciones y contratiempos aceptados en paz. Que el Señor te
proteja y bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de
ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un
niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a
mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues
el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor».
Tomando
Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu
nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros». Pero Jesús le
dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por
vosotros». (Lc
9,46-50)
Comentario:
Hoy,
camino de Jerusalén hacia la pasión, «se suscitó una discusión entre los
discípulos sobre quién de ellos sería el mayor» (Lc 9,46). Cada día los medios
de comunicación y también nuestras conversaciones están llenas de comentarios
sobre la importancia de las personas: de los otros y de nosotros mismos. Esta
lógica solamente humana produce frecuentemente deseo de triunfo, de ser
reconocido, apreciado, agradecido, y falta de paz, cuando estos reconocimientos
no llegan.
La
respuesta de Jesús a estos pensamientos —y quizá también comentarios— de los
discípulos recuerda el estilo de los antiguos profetas. Antes de las palabras
hay los gestos. Jesús «tomó a un niño, le puso a su lado» (Lc 9,47). Después
viene la enseñanza: «El más pequeño de entre vosotros, ése es mayor» (Lc 9,48).
—Jesús, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar que esto no es una utopía para la
gente que no está implicada en el tráfico de una tarea intensa, en la cual no
faltan los golpes de unos contra los otros, y que, con tu gracia, lo podemos
vivir todos? Si lo hiciésemos tendríamos más paz interior y trabajaríamos con
más serenidad y alegría.
Esta
actitud es también la fuente de donde brota la alegría, al ver que otros
trabajan bien por Dios, con un estilo diferente al nuestro, pero siempre
valiéndose del nombre de Jesús. Los discípulos querían impedirlo. En cambio, el
Maestro defiende a aquellas otras personas. Nuevamente, el hecho de sentirnos
hijos pequeños de Dios nos facilita tener el corazón abierto hacia todos y
crecer en la paz, la alegría y el agradecimiento. Estas enseñanzas le han
valido a santa Teresita de Lisieux el título de “Doctora de la Iglesia”: en su
libro Historia de una alma, ella admira el bello jardín de flores que es la
Iglesia, y está contenta de saberse una pequeña flor. Al lado de los grandes
santos —rosas y azucenas— están las pequeñas flores —como las margaritas o las
violetas— destinadas a dar placer a los ojos de Dios, cuando Él dirige su
mirada a la tierra.
* Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)
Santoral Católico:
San Cosme y San Damián
Mártires
Estos
dos santos han sido, junto con San Lucas, los patronos de los médicos católicos.
En oriente los llaman "los no cobradores", porque ejercían la
medicina sin cobrar nada a los pacientes pobres. Lo único que les pedían era
que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de su
Evangelio.
Lisias,
el gobernador de Cilicia, se disgustó mucho porque estos dos hermanos
propagaban efectivamente el cristianismo. Trató inútilmente de que dejaran de
predicar, y como no lo consiguió, mandó echarlos al mar. Pero una ola
gigantesca los sacó sanos y salvos a la orilla. Entonces los mandó quemar
vivos, pero las llamas no los tocaron, y en cambio quemaron a los verdugos
paganos que los querían atormentar. Entonces el mandatario pagano mandó que les
cortaran la cabeza. Finalmente, derramaron su sangre por proclamar el amor al
Divino Salvador.
Junto
a la tumba de los dos hermanos gemelos, empezaron a obrarse milagrosas
curaciones. El emperador Justiniano de Constantinopla, padeciendo de una grave
enfermedad, se encomendó a estos dos santos mártires y fue curado inexplicablemente.
Oración: Proclamamos, Señor, tu grandeza al celebrar
la memoria de tus mártires Cosme y Damián, porque a ellos les diste el premio
de la gloria y a nosotros nos proteges con tu maravillosa providencia. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Aciprensa
El pensamiento del día
“La
sabiduría hace al maestro, pero es la conducta lo que da la autoridad...
Enseñar
con obras es la única regla de aquellos que quieren instruir.
Enseñar
con palabras es la sabiduría; pero cuando se pasa a las obras, es virtud.”
-San
Pedro Crisólogo-
Tema del día:
¿Existe
el Infierno?
El Infierno es una de las
realidades más cuestionadas y atacadas, tal vez por un mecanismo de evasión del
justo castigo que espera a los que ofendamos a Dios y dejemos de aprovechar la
oportunidad y las oportunidades que El mismo nos da de arrepentirnos para
perdonarnos, y así poder llegar, no al Infierno, sino al Cielo.
Respecto del Infierno hay errores
muy difundidos: unos creen que el Infierno no existe. Otros creen que sí
existe, pero que allí no va nadie, aduciendo que Dios es infinitamente bueno.
Pero no hay que olvidar que Dios es, al mismo tiempo, infinitamente justo.
Recordemos, también, que el propio Jesucristo nos habló en varias ocasiones
sobre la posibilidad que tenemos de condenarnos. Y no sólo nos habló de esa
posibilidad, sino que, además, varias veces nos describió ese lugar de castigo
eterno. He aquí algunas descripciones por boca de Jesús:
«Los
malvados... los arrojará en el horno ardiente. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes» (Mt. 13, 42).
«Y
a ese servidor inútil échenlo en la oscuridad de allá afuera: allí habrá llanto
y desesperación» (Mt.25, 30).
«Malditos:
aléjense de Mí, al fuego eterno» (Mt. 25, 41).
Coinciden los Teólogos en que la
más horrenda de las penas del Infierno es la pérdida definitiva y para siempre
del fin para el cual hemos sido creados los seres humanos: la posesión y el
gozo de Dios, viéndolo «cara a cara». Ya que únicamente Dios puede satisfacer
el ilimitado deseo de felicidad que El mismo ha puesto en nuestra alma para ser
satisfecho sólo por El, puede comprenderse cuán grande puede ser la pena de no
poder disfrutar de lo que se denomina la Visión Beatífica. Para resumir esta
pena en palabras de San Agustín, «es tan grande como grande es Dios».
Otro de los tormentos del Infierno
es el sentido de eternidad. Es un sitio de fuego, pero es un fuego distinto al
que conocemos en la tierra, pues afectará nuestra alma y nuestro cuerpo, pero
no nos destruirá. Es un fuego que no se extingue, ni extingue, sino que es
eterno, sin descanso, sin tregua, sin fin ... para siempre ... «El fuego no se
apaga, pues han de ser salados con fuego », nos dijo Jesucristo (Mc. 9, 48-49).
Significa esto que el fuego funciona como la sal: es un fuego que conserva y
que penetra todo nuestro ser, pues cuerpo y alma recibirá el tormento del
infierno.
Y estos horrores del Infierno no
deben servir para desviar la atención. Los horrores del infierno no son para
que pensemos ¡qué malo es Dios! sino para darnos cuenta del horror del pecado.
El Infierno es una realidad
innegable. De hecho, el Infierno es de creencia obligatoria para los Católicos,
y es de los dogmas de nuestra fe que presenta mayor número de textos de la
Sagrada Escritura que lo sustentan, en los cuales por cierto aparece con
diferentes nombres (abismo, horno de fuego, fuego eterno, lugar de tormentos,
tinieblas exteriores, gehena, muerte segunda, fuego inextinguible etc.). En
resumidas cuentas, el Infierno forma parte, junto con el Cielo y el Purgatorio,
de las opciones que nos esperan después de esta vida terrena.
Entre los secretos que reveló la
Santísima Virgen María a los pastorcitos de Fátima, está una visión del
Infierno, que les dio en una de sus apariciones. Dice Lucía, vidente de Fátima:
«Algunas personas, también piadosas, no
quieren hablar a los niños pequeños sobre el Infierno, para no asustarlos. Sin
embargo, Dios no dudó en mostrar el Infierno a tres menores y una de ellas
contando apenas seis años».
Por más que Lucía describe lo que
ella y los otros dos videntes vieron (cfr. Memorias de Lucía), no es posible
imaginar cómo es el Infierno. El Infierno es un lugar de dolor y horror -más de
lo que podemos pensar, suponer o describir- al que son arrojadas las almas que
en la tierra desperdician las gracias de salvación que Dios en su infinita
Bondad, nos otorga a todos.
La Voluntad de Dios es que todos
los hombres lleguen a disfrutar de la Visión Beatífica. Dios no predestina a
nadie al Infierno. Para que alguien se condene es necesario que tenga una
aversión voluntaria a Dios, un enfrentamiento o una rebeldía contra Él y,
además, que persista en esa actitud hasta el momento de la muerte (cfr. CIC
#1037).
Hemos nacido y vivimos en esta
tierra para pasar de esta vida a la eternidad. Y allí habrá o «Vida Eterna» en
el Cielo, al que podemos llegar directamente o pasando antes por un tiempo de
purificación en el Purgatorio... o habrá «muerte eterna» en el Infierno.
*
Gentileza de Homilía.org
www.iglesia.org
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de setiembre
de 2016
“Queridos hijos! Hoy os invito a la oración. Que la oración sea
vida para vosotros. Solamente así vuestro corazón se llenará de paz y alegría.
Dios estará cerca de vosotros, y vosotros lo sentiréis en vuestro corazón como
un amigo. Hablaréis con Él como con alguien que ya conocéis e, hijos míos,
sentiréis la necesidad de testimoniar, porque Jesús estará en vuestro corazón y
vosotros estaréis unidos en Él. Yo estoy con vosotros y os amo a todos con mi
amor materno. Gracias por haber respondido a mi llamada.”
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Paola, una joven médica
de Pamplona, España, que hoy está siendo sometida a una operación para extirpar
un tumor que ya recibió tratamiento oncológico previo, rogando a nuestra Señora
de Lourdes que la acompañe en esta cirugía y que las Santas Manos Sanadoras de
Jesús se posen sobre ella para que la enfermedad quede definitivamente
erradicada de su cuerpo.
Pedimos
oración para las siguientes personas (todas de México): Hilda S., cuya alma ya está refugiada en los brazos del Señor; por las intenciones de Laura
Z.; por Abril C. y Víctor
T., que tienen cáncer y luchan por su salud; y por el viaje de Martha T. N. y su familia, para que el
Señor los bendiga.
Pedimos
oración por Jorge B., de Córdoba,
Argentina, afectado de una seria enfermedad, rogando al Señor que ponga sobre
él toda su misericordia.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Setiembre 26
El
éxito o el fracaso de cualquier misión espacial pueden depender de presionar un
botoncito insignificante, o de hacerlo un minuto antes y no en el preciso
momento.
Tú
eres el botoncito sumamente pequeño en el macrocosmos; pero el hecho de que ese
macrocosmos de la humanidad se sienta mejor y se perfeccione puede muy bien
depender del microcosmos de tu propia vida.
Si
tú fracasas, podrá fracasar toda una legión de hombres que presuponían el éxito
tuyo personal; si tú fracasas, habrás privado a toda la comunidad de la fuerza
y el vigor que de por sí comunica el éxito.
Pero
si el éxito no depende de ti, si fracasas, no por haber retaceado tu empeño
sino por causas ajenas a tu voluntad, no te desalientes; será Dios el que
suplirá lo que tú no supiste poner, lo que no alcanzaste a hacer.
“Señor, Dios del universo, ¿Hay alguien como tú?...
Tuyo es el cielo, tuya la tierra: tú cimentaste el mundo y cuanto hay en él… Tu
brazo está lleno de poder, tu mano es fuerte, alta es tu derecha” (Sal
89,9-14). ¡Cuántos motivos para confiar en Dios! ¡El mayor pecado que puedes
cometer es desconfiar de la bondad y el poder de Dios!
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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