PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3371 ~ Martes 27 de Junio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Señor, me pongo en tu presencia en este momento con un corazón agradecido y
lleno de humildad, sintiendo que dejas caer tu bendición y tu paternal
protección sobre mí. Tú siempre estás atento a lo que digo y cuándo sientes mi
debilidad me renuevas las fuerzas para seguir luchando porque Tú nunca te
alejas de los que te aman y siempre estás a la espera de nuestro
arrepentimiento. Son muchas las veces que siento vergüenza de mis malas
acciones, porque con ellas fallo a tus promesas, fallo a tu sacrificio de amor.
Son también tantas las ocasiones en las que te he prometido cosas que no he
cumplido, y con eso voy tomando distancia de tu Gracia y de tus bendiciones.
¡Perdón Señor, perdón! Retira de mí el orgullo y todo ese sentimiento de
autosuficiencia que me impide tener un auténtico arrepentimiento y poder así
cumplir con tus mandatos. Mi Señor, no permitas que tenga esa actitud de querer
quedar bien con los demás, dejando a un lado el deseo de querer quedar bien
contigo. Dame la fuerza para estar siempre dispuesto a llevar a cabo lo que he
prometido, para dar lo mejor de mí y que todo lo que haga sea agradable a tus
ojos. Ven y sacude mi corazón, transfórmalo a semejanza del tuyo. Ven y hazme
recapacitar para cambiar un “no quiero”, por un, “¡Sí Señor!, haré lo que Tú me
pidas”. Sé que el largo camino de conversión no es sencillo, pero con tu
compañía y mi esfuerzo, llegaré a una vida más plena y mejor. Ven mi Dios, no
tardes, ven a mi vida a remover mi conciencia, a despertarme para que pueda
tener una vida más auténtica y configurada a tus acciones de amor, pues Tú siempre
intervienes en todas las cosas para el bien de todos los que te aman. Amén. (Píldoras de Fe)
¡Buenos días!
Predicación muy especial
La
anécdota de san Francisco de Asís que te ofrezco hoy puede iluminarte mucho
acerca de cómo podemos influir poderosamente en nuestro ambiente por medio de
nuestras actitudes, gestos y acciones. Los que están a nuestro alrededor
receptan todo lo que hacemos y pueden recibir de nosotros invitaciones al bien
o al mal, a la alegría o a la tristeza, a la generosidad o al egoísmo.
En un día lleno de sol san Francisco de Asís invitó a
un fraile joven a que lo acompañara a la ciudad para predicar. Se pusieron en
camino y recorrieron las principales calles, devolviendo amistosamente el
saludo a quienes se acercaban. De vez en cuando se detenían para acariciar a un
niño o para hablar con alguno. Durante todo el paseo san Francisco y el fraile
mantuvieron entre ellos una animada conversación. Después de haber caminado
durante un largo rato, el fraile joven pareció inquieto y le preguntó a san
Francisco dónde y cuándo comenzarían su predicación. —Hemos estado predicando
desde que atravesamos las puertas del convento —le replicó el santo—, ¿no has
visto cómo la gente observaba nuestra alegría y se sentía consolada con
nuestros saludos y sonrisas? ¿No has advertido lo alegres que conversábamos
entre nosotros, durante todo el paseo? Si estos no son unos pequeños sermones,
¿qué es lo que son?
Jesús
en el Evangelio nos invita a ser luz en nuestro ambiente: “Así debe brillar
ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean
sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo” (Mateo, 5, 17).
Te animo a introducir en tu vida estos “pequeños sermones” para volver más
luminoso nuestro mundo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis a los perros lo que es
santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las
pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen. Por tanto, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos;
porque ésta es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque
ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son
muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el
camino que lleva a la Vida!; y pocos son los que lo encuentran». (Mt 7,6.12-14)
Comentario:
Hoy,
el Señor nos hace tres recomendaciones. La primera, «No deis a los perros lo
que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos» (Mt 7,6),
contrastes en que los “bienes” son asociados a “perlas” y lo “que es santo”; y,
por otro lado, los “perros y puercos” a lo que es impuro. San Juan Crisóstomo
nos enseña que «nuestros enemigos son iguales a nosotros en su naturaleza pero
no en su fe». A pesar de que los beneficios terrenales son concedidos de igual
manera a los dignos e indignos, no es así en lo que se refiere a las “gracias
espirituales”, privilegio de aquellos que son fieles a Dios. La correcta
distribución de los bienes espirituales implica un celo por las cosas sagradas.
La
segunda es la llamada “regla de oro” (cf. Mt 7,12), que compendiaba todo lo que
la Ley y los Profetas recomendaron, tal como ramas de un único árbol: El amor
al prójimo presupone el Amor a Dios, y de Él proviene.
Hacer
al prójimo lo que queremos que nos hagan implica una transparencia de acciones
para con el otro, en el reconocimiento de su semejanza a Dios, de su dignidad.
¿Por qué razón deseamos el Bien para nosotros mismos? Porque lo reconocemos
como medio de identificación y unión con el Creador. Siendo el Bien el único
medio para la vida en plenitud, es inconcebible su ausencia en nuestra relación
con el prójimo. No hay lugar para el bien donde prevalezca la falsedad y
predomine el mal.
Por
último, la "puerta estrecha"... El Papa Benedicto XVI nos pregunta: «¿Qué
significa esta ‘puerta estrecha’? ¿Por qué muchos no pueden pasar por ella? ¿Es
un pasaje reservado para algunos elegidos?». ¡No! El mensaje de Cristo «nos
dice que todos podemos entrar en la vida. El pasaje es ‘estrecho’, pero abierto
a todos; ‘estrecho’ porque es exigente, requiere compromiso, abnegación, mortificación
del propio egoísmo».
Roguemos
al Señor que realizó la salvación universal con su muerte y resurrección, que
nos reúna a todos en el Banquete de la vida eterna.
Diácono D. Evaldo PINA FILHO (Brasilia, Brasil)
Santoral Católico:
San Cirilo de Alejandría
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació
el año 370 en Alejandría de Egipto de familia distinguida. Era sobrino del
patriarca Teófilo de Alejandría. Abrazó primero la vida monástica, pero,
ordenado de sacerdote, acompañó a su tío obispo en sus viajes, y el año 412 le
sucedió en el patriarcado, en una de las épocas más difíciles de la Iglesia de
Oriente. Era una persona de carácter entero, emprendedor e imperativo, firme en
sus convicciones. Combatió con energía las herejías de su tiempo y en especial
la de Nestorio, que enseñaba la existencia de dos personas en Cristo, separando
en Él la naturaleza divina de la humana, y negando la divina maternidad de
María, que sería madre únicamente del hombre Jesús. Cirilo fue figura principal
en el Concilio de Éfeso del año 431, en el que se definió que Jesús, Dios y
hombre, es uno y el mismo, una sola persona, la divina, y que María es la madre
de Dios. Escribió importantes tratados teológicos y numerosas homilías. Murió
el año 444.
Oración: Señor, tú que hiciste de tu obispo san
Cirilo de Alejandría un defensor invicto de la maternidad divina de la Virgen
María, concédenos a cuantos la proclamamos verdadera Madre de Dios llegar, por
la encarnación de tu Hijo, a la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“El
Espíritu os llama también a vosotros, hermanos de la Resurrección, a ser
hombres en camino, un Instituto ‘en salida’ hacia las periferias humanas, allí
donde sea necesario llevar la luz del Evangelio. Como hicieron los discípulos
de Emaús, dejaos llevar por el Resucitado. Ese encuentro os hará avanzar de
nuevo llenos de alegría y sin retrasos. Aquellos que crean en el Resucitado,
tienen la valentía de ‘salir’ a llevar la Buena Noticia de la Resurrección,
asumiendo los riesgos de ofrecer testimonio, al igual que hicieron los
Apóstoles. ¡Cuántas personas hay esperando esta buena noticia! No nos es lícito
privarles de ella. Si la Resurrección de Cristo es nuestra certeza más grande y
el tesoro más precioso, ¿cómo no vamos a correr a anunciarla a los demás?”
Tema del día:
La
liturgia de las horas
Es común ver a sacerdotes o religiosos y religiosas
detenidos durante el día para ofrecer oraciones recogidas en un pequeño libro
negro. A veces incluso los laicos tienen ese mismo libro negro y se sientan en
los bancos traseros de la iglesia para rezar. ¿Qué están rezando?
Sacerdotes, religiosos y diáconos están obligados a
rezar diariamente lo que se denomina la Liturgia
de las Horas, también conocida como Oficio Divino. Consiste en rezar un
conjunto de oraciones cada día a diferentes horas, desde la mañana a la noche.
Es una rutina de oración no exclusiva de los consagrados a Dios, sino una
práctica de oración común para muchos laicos.
Históricamente, los judíos han rezado en intervalos
fijos a lo largo del día. El rey David, quien se cree escribió los salmos,
proclama:
“De
tarde, de mañana, al mediodía, gimo y me lamento, pero él escuchará mi clamor”.
(Salmos 55:18)
Incluso el profeta Daniel parece haber rezado a
intervalos específicos.
“Cuando
Daniel supo que el documento había sido firmado, entró en su casa. Esta tenía
en el piso superior unas ventanas que se abrían en dirección a Jerusalén, y
tres veces por día, él se ponía de rodillas, invocando y alabando a su Dios,
como lo había hecho antes” (Daniel 6:11).
El pueblo judío inició una tradición de rezar tres
veces al día: mañana, tarde y noche. Esto creció hasta desarrollar un programa
de oraciones de salmos en particular, ya que expresaban los múltiples deseos
del corazón humano.
Jesús aparece rezando los salmos en varias ocasiones,
como en una de sus palabras más famosas, del salmo 22, pronunciado desde la
cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me
has abandonado?”.
Ya que la mayoría de los primeros cristianos eran
conversos del judaísmo, continuaron con la tradición judía de rezar los salmos.
Este tipo de oración se mantuvo a medida que creció la Iglesia y, según señala
el padre Timothy Gallagher en su libro ‘Praying the Liturgy of the Hours’
[Rezar la Liturgia de las Horas]: “Por toda la Iglesia, en Palestina,
Antioquía, Constantinopla y África, los cristianos se reunían en sus iglesias
dos veces al día para rezar los salmos. Diariamente se reunían para los ‘himnos
matinales y nocturnos’”.
Más tarde, esta tradición se extendió en los
monasterios a rezar los salmos siete u ocho veces al día, en un esfuerzo por
vivir las palabras de san Pablo de “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
Esta tradición tiene la siguiente forma:
- Maitines (durante la noche, a menudo a medianoche);
también llamados Vigilias o Nocturnos (Oficio Nocturno)
- Laudes u “Oración de la mañana” (al amanecer o a
las 3 a.m.)
- Prima u “Oración de la madrugada” (Primera Hora, en
torno a las 6 a.m.)
- Tercia u “Oración de Media mañana” (Tercera Hora,
alrededor de las 9 a.m.)
- Sexta u “Oración de Mediodía” (Sexta Hora, en torno
al mediodía)
- Nona u “Oración de Media Tarde” (Novena Hora, en
torno a las 3 p.m.)
- Vísperas u “Oración del Atardecer” (en torno a las
6 p.m.)
- Completa u “Oración de la Noche” (antes de ir a
dormir, normalmente a las 8 p.m. o 9 p.m.)
La Iglesia extendió los 150 salmos a lo largo de
estas horas y con el tiempo terminó creando un ciclo de oración. Actualmente
consiste en un Salterio de cuatro semanas con el que se rezan todos los salmos
en un periodo de cuatro semanas (si se observan todas las “horas” de oración).
Los monasterios contemplativos mantienen este ritmo
de oración, mientras que los sacerdotes u otros religiosos activos tienden a
“agrupar” las horas juntas. Por ejemplo, si un párroco tiene reuniones toda la
tarde y noche, rezará la Oración del Atardecer y la Oración de la Noche
seguidas inmediatamente antes de retirarse a dormir. El momento del día es
menos importante para los que viven en el mundo que para los hombres y mujeres
enclaustrados, que acatan un ritmo sagrado de oración y trabajo.
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha
continuado fomentando esta práctica y animado al laico a unirse a esta
Liturgia:
“Procuren
los pastores de almas que las Horas principales, especialmente las Vísperas, se
celebren comunitariamente en la iglesia los domingos y fiestas más solemnes. Se
recomienda, asimismo, que los laicos recen el Oficio divino o con los
sacerdotes o reunidos entre sí e inclusive en particular” (Sacrosanctum
Concilium, 100).
Pero, ¿cómo se reza el Oficio Divino?
Puede resultar un poco confuso y complejo asumir la
práctica de rezar la Liturgia de las Horas. En otro artículo les guiamos a
través del rezo de la Liturgia de las Horas y les ofrecemos una “guía para
principiantes” que desmitificará esta oración poderosa y habitual de la
Iglesia.
©
Philip Kosloski
Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Día 27: El premio final
¡Qué
premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Corazón!
Es
el momento en que, el solo pensamiento hace estremecerse: el momento de la
muerte. Ante este pensamiento, el hombre tiembla, se agita; sin embargo, debe
afrontarlo con amor y con la esperanza puesta en la misericordia de Dios.
Jesús
te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las
promesas que hizo a Santa Margarita María quiere recordar este punto: "Mi
corazón será para todos mis devotos el seguro asilo en vida y especialmente en
el momento de la muerte".
Si
quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del justo, trata de creer en
Jesús, de vivir en Jesús. Entonces será cuando Él te dirá estas dulces
palabras: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".
Del Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para la señora Carlota O.,
de Colombia, quien ha recaído del Herpes Zóster, pero con la confianza en Dios,
en la intercesión de nuestra Señora de Lourdes y en los medicamentos ordenados
por los médicos, tenemos fe y esperanza plena en que se recuperará prontamente.
Pedimos
oración para las víctimas y sus familias del desastre que ocurrió hace dos días
en la laguna de Guatapé (Municipio del Departamento de Antioquia, Colombia), en
el que hubo varios muertos y algunas personas aún se encuentran desaparecidas
como consecuencia del hundimiento de una embarcación turística; el Señor les dé
fortaleza en este momento tan difícil a las familias afectadas.
Pedimos
oración para las víctimas del accidente del bus que llevaba niños escolares en
San Rafael, Mendoza, Argentina, en el que hubo aproximadamente quince víctimas
fatales y otros tantos heridos de diversa consideración. Pedimos a Jesús que
reciba en el cielo las almas de los fallecidos y consuele a los familiares que
viven este momento tan dramático.
Pedimos
oración para Carlos, de Chile,
picado por una araña ponzoñosa y ahora con tratamiento de antibióticos, rogando
al Señor que se mejore pronto.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Junio 27
Difícilmente
podríamos definir la casa donde vivió la familia de Nazaret; no sabríamos si
ver en ella un templo donde se tributaba el más cálido culto a Dios o el hogar
donde se vivían las más perfectas relaciones de amor entre los tres integrantes
de aquella Sagrada Familia.
María
estaba allí como la animadora de toda aquella actividad, como el brasero que
contenía las brasas del fuego del amor que unía aquellos tres santísimos
corazones.
Santa María, discípula perfecta de Jesús, que llegue
yo a ser también fiel discípulo suyo, capaz de irradiar el calor de su amor al
mundo.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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