domingo, 13 de agosto de 2017

Pequeñas Semillitas 3418

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3418 ~ Domingo 13 de Agosto de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
En las lecturas del día hoy el Señor nos dice que él está siempre y en donde nosotros menos nos podemos imaginar, por eso ante toda realidad e inclusive miseria humana tenemos que mostrarnos pacientes, porque nos sabemos si tal vez Dios está pasando por ahí. Elías lo descubrió en la brisa suave. En el evangelio, el Señor Jesús, más allá de caminar sobre las aguas y todo lo extraordinario que pueda tener este hecho, nos quiere enseñar que no debemos tener miedo, porque siempre y en todas las circunstancias de la vida nos debemos lanzarnos hacia adelante, tirarnos al agua, porque él camina a nuestro lado y está siempre con nosotros.
Pidamos a Dios, como en la Oración colecta: “Confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos”. Si no nos sentimos hijos no podremos avanzar en la vida confiados en la Providencia del Padre Dios, en la salvación de su Hijo Jesús y en la alegría que da el Espíritu Santo. Si nos sentimos hijos de Dios, aunque se hunda nuestra barca no nos hundiremos porque él está en medio de nosotros dándonos su paz. (El Domingo)

¡Buenos días!

Contigo, Señor, nada me falta
El P. Víctor Fernández ha escrito el libro “Un estímulo todos los días”, donde distribuye a lo largo del año propuestas para una vida mejor y más plena. Hay en él oraciones que son una ayuda excelente para obtener sanación de miedos y obsesiones diversas. Aquí te ofrezco una súplica para tener un gran amor a Dios y al prójimo

Señor, si te tengo a ti no me falta nada. Pero a veces te olvido y mi corazón quiere ser independiente. Me confundo creyendo que tu amor no es suficiente. Yo quiero otros afectos, y quiero elegir a quiénes amar y por quiénes dejarme amar. Ignoro o desprecio a los que no me sirven para sentirme bien. Sana esa independencia enfermiza, Señor, para que pueda dejarme tomar por tu amor. Así no despreciaré a nadie, porque los miraré con tus ojos, y cualquier ser humano será un signo de tu ternura y de tu cercanía. Sana todo temor a la soledad, Dios mío, y dame una fe profunda para creer que tú eres real, que tu amor es verdadero, y que puedes saciar y sobrepasar toda mi sed de amor. Amén.

La oración señala aspectos egoístas del amor que necesitan sanación. Todo ser humano debe llegar a ser para mí un signo de la ternura y cercanía de Dios. Concluye pidiendo al Señor una fe profunda en el maravilloso amor que él nos tiene. Que aproveches la fuerza sanadora de esta oración.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla mientras él despedía a la gente. Y después de despedir a la gente subió al monte a solas para orar. Llegada la noche estaba allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario.
De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua». Él le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame». En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?». En cuanto subieron a la barca amainó el viento. Los de la barca se postraron ante Él diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios». (Mt 14,22-33)

Comentario:
Hoy, la experiencia de Pedro refleja situaciones que hemos experimentado también nosotros más de una vez. ¿Quién no ha visto hacer aguas sus proyectos y no ha experimentado la tentación del desánimo o de la desesperación? En circunstancias así, debemos reavivar la fe y decir con el salmista: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación» (Sal 85,8).
Para la mentalidad antigua, el mar era el lugar donde habitaban las fuerzas del mal, el reino de la muerte, amenazador para el hombre. Al “andar sobre el agua” (cf. Mt 14,25), Jesús nos indica que con su muerte y resurrección triunfa sobre el poder del mal y de la muerte, que nos amenaza y busca destrozarnos. Nuestra existencia, ¿no es también como una frágil embarcación, sacudida por las olas, que atraviesa el mar de la vida y que espera llegar a una meta que tenga sentido?
Pedro creía tener una fe clara y una fuerza muy consistente, pero «empezó a hundirse» (Mt 14,30); Pedro había asegurado a Jesús que estaba dispuesto a seguirlo hasta morir, pero su debilidad lo acobardó y negó al Maestro en los hechos de la Pasión. ¿Por qué Pedro se hunde justo cuando empieza a andar sobre el agua? Porque, en vez de mirar a Jesucristo, miró al mar y eso le hizo perder fuerza y, a partir de ese instante, su confianza en el Señor se debilitó y los pies no le respondieron. Pero, Jesús «le extendió la mano [y] lo agarró» (Mt 14,31) y lo salvó.
Después de su resurrección, el Señor no permite que su apóstol se hunda en el remordimiento y la desesperación y le devuelve la confianza con su perdón generoso. ¿A quién miro yo en el combate de la vida? Cuando noto que el peso de mis pecados y errores me arrastra y me hunde, ¿dejo que el buen Jesús alargue su mano y me salve?
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Palabras de San Juan Pablo II
“La fe es una virtud sobrenatural por la cual nos unimos a Dios y participamos en su conocimiento, en respuesta a su palabra revelada […] La fe es la luz que guía en el camino de la vida, es llama que conforta en los momentos difíciles […] El acto de fe es el asentimiento lleno de gracia a la palabra de Dios que ilumina la mente y capacita el espíritu para elevarse a la contemplación de la vedad increada, para que, conociendo y amando a Dios, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo”

Predicación del Evangelio:
En medio de la crisis
La arquidiócesis de Chicago era la más grande en los Estados Unidos.  Hace cincuenta años había iglesias en casi todos los barrios, y los fieles las llenaban en los domingos.  Es una historia diferente hoy día.  Muchas parroquias no tienen párroco propio, y bancas enteras quedan vacías durante la misa dominical.  La iglesia allá, como en muchas partes de Norteamérica y Europa, está en crisis.  Esta situación es anticipada en el evangelio hoy.

La barca de los discípulos sacudida por las olas representa la Iglesia después de la resurrección de Jesús.  Está sufriendo el rechazo y la persecución de parte de los judíos en Israel.  Sí, las misiones han encontrado éxito. Pero también han enfrentado la persecución y el martirio.  La lectura muestra a Jesús viniendo para salvar su pueblo.  Misteriosamente llega para calmar los elementos contrarios y asegurar a sus seguidores de su acompañamiento.

Tampoco nos falta la compañía de Jesús ahora.  No va a abandonar a sus fieles en su apuro.  Aunque las parroquias latinas no experimentan la caída de la asistencia en la misa tanto como los anglos, sí tienen sus propios retos.  Sus jóvenes no quieren asistir en la misa dominical.  Dicen que no creen, pero la verdad es que no quieren que nadie les obligue a hacer nada.   Jesús está allí con la pastoral juvenil que casi todas las parroquias tienen.  Les cuenta tanto a los adolescentes como a los jóvenes que sólo con él tendrán la verdadera libertad para ser todo lo que puedan.

Hay muchos adultos en nuestras parroquias atraídos a las iglesias cristianas por los predicadores con gran convicción si no mucha educación.  Algunos sienten acogidos en sus congregaciones porque no hay preceptos contra el divorcio y casamiento de nuevo.  Jesús está allí mostrándoles la verdad que el matrimonio es una alianza con Dios para fortalecer el amor entre los novios.  Como el papa Francisco enseña es para toda la vida y cuando emerjan problemas, la gente debería buscar la ayuda de los párrocos.

Deberíamos pensar en la estampa de Pedro caminando sobre el agua como una imagen de la iglesia siguiendo a Jesús por la fe.  Está bien en cuanto mantenga sus ilusiones en sus promesas y su confianza en su apoyo.  Puede transitar aun los problemas más grandes, el acosamiento por los gobiernos, el rechazo de los diferentes sectores de la sociedad, aun la traición de parte de sus propios ministros como los abusos escandalosos de algunos sacerdotes hace quince años.  Pero una vez que quite los ojos de Jesús como el camino y la meta, se encuentra hundiendo en el agua caudalosa.

Entonces ¿podemos nosotros caminar sobre el agua?  La respuesta es seguramente que sí si tenemos en cuenta la superación de los problemas que hunden otras organizaciones.  Pero para cumplirlo tenemos que mantener nuestros ojos firmemente en el Señor.  Está en medio de nosotros en diferentes maneras: en los ministros, en los pobres de espíritu, y particularmente aquí en la Eucaristía donde escuchamos su voz y consumimos su cuerpo y sangre.  Jesús está en medio de nosotros; que lo sigamos.
P. Carmelo Mele O.P.

Nuevo vídeo

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Agradecimientos
Imaginemos que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Nuestra lectora Margarita A., envía un agradecimiento especial a Jesús y a la Santísima Virgen María, porque han hecho posible que sus nietos Santiago y Felipe cumplieran ya dos años de vida muy sanos y felices.

Llega también un agradecimiento a Dios, al Ángel Gabriel y a todos los que rezaron por el nacimiento de Simón, en Córdoba, Argentina. Tanto él como su mamá Ale se encuentran muy bien, gracias a Dios.

Los cinco minutos de María
Agosto 13
La Biblia, cuando habla del corazón, alude a lo más profundo de la persona. Y así como al hablar del Corazón de Jesús, designamos a la persona de Cristo y la profundidad de su ser, la expresión “Corazón de María” designa a la persona misma de la Virgen, al centro de su persona única e irrepetible, pero siempre cercana a los hombres, especialmente a los más humildes. El Corazón de María significa la fuente de su vida interior, y de modo particular el amor con que amó a Dios y a sus hermanos y se entregó a la obra salvadora de su Hijo.
Todos sus hijos estamos llamados a contemplar en el Corazón de María su solicitud maternal, modelo del “corazón nuevo” creado por el Espíritu Santo que clama en nosotros para hacernos hijos de Dios en Jesús resucitado.
Corazón de María, concédenos que el Espíritu Santo que te hizo Madre de Jesús geste en nosotros un corazón nuevo, digno de tu Hijo.
* P. Alfonso Milagro

FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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