PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3453 ~ Miércoles 20 de Setiembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Al
iniciar la jornada, recuerda que cada vida que tocas queda marcada para bien o
para mal quizá por una crítica o quizá por un abrazo una simple mirada puede
amargarle el día a una persona. Y una sola sonrisa puede despertar esperanza y
alegría. Por eso hoy con cariño te
digo...
No
digas algo cuando esto no sea constructivo, ni desalientes a alguien en sus
anhelos o proyectos.
Trata
de marchar por la vida regalando amor a través de sonrisas y actitudes
concretas que transmitan el amor que Jesús nos enseñó.
Construyamos
un mundo de hermanos, un mundo de paz, un mundo de amor, que sea más fuerte que
las guerras, los odios y la violencia.
¡Que
tengas hoy un bonito día!
¡Buenos días!
Encontrar la puerta
Todos
en una época de su vida tienen que afrontar una decisión importante: ¿qué seré
cuando sea grande? Es el planteo del problema vocacional. Resolverlo con
acierto es decisivo porque incide en tu felicidad. Para eso debes empezar por
conocer tu propia verdad: inclinaciones y disposiciones naturales que te
marcan, desde el vamos, una dirección.
Un pensador ruso que pasaba por una etapa de crisis
interior decidió ir a descansar unos días a un monasterio. Allí le asignaron
una habitación que tenía un cartelito sobre la puerta donde estaba escrito su
nombre. Por la noche no logrando conciliar el sueño, decidió salir a dar un paseo
por el imponente claustro. A su vuelta, se encontró con que no había suficiente
luz en el pasillo para leer su nombre que figuraba en la puerta del cuarto. Recorrió el claustro y todas las
puertas le parecían iguales. Por no despertar a los monjes, pasó la noche
entera dando vueltas por el enorme y oscuro corredor. Con la primera luz del
amanecer distinguió al fin cuál era la puerta de su habitación, por delante de
la cual había pasado tantas veces a lo largo de la noche, sin advertirlo.
El
deambular de ese hombre en aquella noche oscura es una imagen de lo que tantas
veces sucede a las personas. Pasan por delante de la puerta que conduce al
camino al que están llamados, pero les falta luz para verlo. Esta luz te la
dará Dios. Tú, por tu parte, hazte estas preguntas: ¿qué inclinación y
aptitudes tengo?, y ¿qué necesidades veo a mi alrededor? De allí saldrá la
solución de tu problema vocacional. Que el Señor te proteja y bendiga.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta
generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están
sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la
flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado’.
Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís:
‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí
tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la
Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos». (Lc 7,31-35)
Comentario:
Hoy,
Jesús constata la dureza de corazón de la gente de su tiempo, al menos de los
fariseos, que están tan seguros de sí mismos que no hay quien les convierta. No
se inmutan ni delante de Juan el Bautista, «que no comía pan ni bebía vino» (Lc
7,33), y le acusaban de tener un demonio; ni tampoco se inmutan ante el Hijo
del hombre, «que come y bebe», y le acusan de “comilón” y “borracho”, es más,
de ser «amigo de publicanos y pecadores» (Lc 7,34). Detrás de estas acusaciones
se esconden su orgullo y soberbia: nadie les ha de dar lecciones; no aceptan a
Dios, sino que se hacen su dios, un dios que no les mueva de sus comodidades,
privilegios e intereses.
Nosotros
también tenemos este peligro. ¡Cuántas veces lo criticamos todo: si la Iglesia
dice eso, porque dice aquello, si dice lo contrario...; y lo mismo podríamos
criticar refiriéndonos a Dios o a los demás. En el fondo, quizá
inconscientemente, queremos justificar nuestra pereza y falta de deseo de una
verdadera conversión, justificar nuestra comodidad y falta de docilidad. Dice
san Bernardo: «¿Qué más lógico que no ver las propias llagas, especialmente si
uno las ha tapado con el fin de no poderlas ver? De esto se sigue que,
ulteriormente, aunque se las descubra otro, defienda con tozudez que no son
llagas, dejando que su corazón se abandone a palabras engañosas».
Hemos
de dejar que la Palabra de Dios llegue a nuestro corazón y nos convierta, dejar
cambiarnos, transformarnos con su fuerza. Pero para eso hemos de pedir el don
de la humildad. Solamente el humilde puede aceptar a Dios, y, por tanto, dejar
que se acerque a nosotros, que como “publicanos” y “pecadores” necesitamos que
nos cure. ¡Ay de aquél que crea que no necesita al médico! Lo peor para un
enfermo es creerse que está sano, porque entonces el mal avanzará y nunca
pondrá remedio. Todos estamos enfermos de muerte, y solamente Cristo nos puede
salvar, tanto si somos conscientes de ello como si no. ¡Demos gracias al
Salvador, acogiéndolo como tal!
Rev. D. Xavier SERRA i Permanyer (Sabadell,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Andrés Kim y Compañeros
Mártires en Corea
Este
día la Iglesia venera en una misma celebración a los 103 Mártires de Corea que
canonizó Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984 en Seúl. Ellos testificaron
valerosamente la fe cristiana en aquel país y consagraron con su sangre
preciosa las primicias de aquella Iglesia, en distintos lugares y en diferentes
fechas de 1839 a 1867. A principios del siglo XVII, desde China, penetró en
Corea la fe cristiana, introducida primero por algunos laicos y después
alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por
medio de los misioneros. En el siglo XIX se sucedieron las persecuciones contra
los cristianos y fueron miles los que perdieron la vida por su fe. Entre los
canonizados figuran 3 obispos, 8 sacerdotes y 92 laicos; había hombres y mujeres,
casados o no, pobres y ricos, ancianos, jóvenes y niños de diversas clases
sociales; 10 eran franceses (sacerdotes de las Misiones Extranjeras de París) y
93 coreanos. San Andrés Kim Taegon, hijo de padre mártir, fue el primer
sacerdote coreano, y murió decapitado el 16 de septiembre de 1846 en Seúl. San
Pablo Chong Hasang, seglar de noble familia, abrazó la fe antes de la llegada
de los misioneros, por obra de un grupo laical. Su padre y su hermano mayor
dieron la vida por la fe. Asumió con entusiasmo la tarea de catequista e
insistió ante la Santa Sede para que enviara misioneros. Fue martirizado el 22
de septiembre de 1839.
Oración: Oh Dios, creador y salvador de todos los
hombres, que en Corea, de modo admirable, llamaste a la fe católica a un pueblo
de adopción y lo acrecentaste por la gloriosa profesión de fe de los santos
mártires Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos, por su ejemplo e
intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte en el cumplimiento de
tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del día
“Dedícate
a observar cada situación o
evento que tengas que vivir,
busca el elemento positivo, resáltalo, valóralo y minimiza lo
negativo.
Esto implica dejar de quejarte, evitar juzgar a otros
y no hablar de una forma pesimista”
- Maytte Sepulveda -
Tema del día:
El cautiverio del Padre
Tom
El
misionero salesiano indio Tom Uzhunnalil cuenta cómo vivió los 18 meses de
cautiverio, secuestrado el 4 de marzo de 2016 por terroristas yihadistas en
Yemen, en una entrevista exclusiva para la Agencia de Información Salesiana
(ANS). Por su interés la ofrecemos entera
Pregunta:
Padre Tom, ¿cómo ha pasado estos 18 meses de secuestro y cómo le han tratado
sus secuestradores?
Respuesta:
Fue realmente un tiempo muy largo. No hacía otra cosa sino orar. Tuve las
piernas y las manos atadas, pero solamente por algunos días. Pasaba el tiempo
orando. Oraba por todas las intenciones posibles.
Por
lo general dormía, oraba, pensaba en las clases de técnica que solía dar,
mentalmente preparaba algunas lecciones… Y por la noche me quedaba dormido.
Todos los días transcurrían de esta manera. No tenía ninguna comunicación con
el mundo exterior, ni sabía dónde estaba.
Mis
secuestradores no me lastimaron ni me torturaron. Me daban de comer tres veces
al día. Solamente una vez me preguntaron algunos detalles sobre mi familia, los
lugares que había visitado, la gente que conocía… Yo era su prisionero y estaba
sentado todo el día en una almohada esponjosa, y cuando me sentía cansado, me
dormía un poco o me quedaba dormido. Mis días han pasado de esta manera.
P.: ¿Qué sintió cuando se
enteró de la muerte de las religiosas y las otras personas en el ataque en
Adén?
R.: Era el 4 de marzo de
2016, era un viernes. Después de la adoración eucarística y la bendición
eucarística para las cinco hermanas, desayuné. Luego pasé un tiempo en la
capilla, en la oración personal. A las 8.40 am, recién salido de la casa de las
hermanas, escuché un disparo y casi inmediatamente después uno de los atacantes
me bloqueó las manos. Le dije que era de origen indio. Me puso en una silla,
cerca de la sala de seguridad, cerca de la puerta principal del instituto. Las
hermanas ya estaban en su trabajo con los ancianos. El jefe de los atacantes
fue en busca de las religiosas, que ya estaban trabajando, y volvió con dos de
ellas. Luego retornó por las otras dos hermanas, que fueron dejadas en la
puerta principal. Nuevamente se fue en busca de la quinta religiosa, pero no la
encontraron. Volvió a la puerta principal, donde había dejado a las hermanas,
las sacó fuera de la puerta y fuera de mi vista, disparó y las asesinó. Volvió
en busca de las otras dos hermanas que estaban muy cerca e hizo lo mismo. Todo
sucedió dentro del instituto. Rogué a Dios para que fuera misericordioso con
las hermanas y para que tuviera piedad de los secuestradores. En aquel momento
no lloré, ni temí a la muerte.
Después
de haber cometido el asesinato, me metieron en el maletero del coche, que
estaba estacionado cerca del instituto de las hermanas, y me encerraron. Ellos
fueron a la Capilla de la comunidad, sacaron el tabernáculo con el Santísimo y
lo tiraron en el maletero del coche donde me habían metido. Y me llevaron de
esa manera.
Sentí
una gran angustia. He rezado a Dios para que fuera misericordioso con las
hermanas y con las víctimas, y he orado para que perdonara a los asesinos. Le
pedí al Señor que me diera la gracia y la fuerza para aceptar su voluntad y
permanecer fiel a Dios, para ser fiel a la misión por la cual Él me ha querido
en ese lugar.
P.: ¿Cuánto le ha ayudado
la vida de oración y el carisma salesiano en su experiencia de prisionero?
R.: La mayor parte del
tiempo, cuando estaba despierto, de día o de noche, estaba dedicado a la
oración. Empezaba mi día con el Ángelus, seguido por un Padre Nuestro y una Ave
María por cada una de las hermanas asesinadas, y luego continué orando por mi
Inspectoría, por la Congregación, por la Parroquia y la familia, recordando a
todas las personas e intenciones que podía y orando por todos ellos. También
oré por mis secuestradores, pidiendo al Señor que los perdonara y los convirtiera.
No
tenía ni vino ni hostias, ni un misal y ni un leccionario, pero celebraba la
Misa espiritualmente todos los días. Ofrecía la Santa Misa al Señor todos los
días. Para las lecturas, trataba de recordar algunos episodios del Antiguo o
del Nuevo Testamento, y del Evangelio trataba de recordar algunos pasajes donde
se narraba algún milagro, alguna parábola o episodio de la vida de Jesús; y las
meditaba. Tuve tiempo de rezar por los Salesianos muertos, por mi familia, por
los feligreses y por todas las personas que conocía. He seguido orando por
muchas intenciones.
Oré
mucho para que se hiciese la voluntad del Señor, y oré para ser liberado si era
la voluntad de Dios. Muchas veces rezaba el rosario. A veces, sin embargo, no
podía orar porque hablaban en árabe y no podía concentrarme absolutamente en
nada.
P.: ¿Cómo fueron realizados
los videos en los que hacía sus peticiones?
R.: Todo estaba bien
diseñado por ellos. Me habían dicho de antemano que harían un video con la
finalidad de obtener un rescate, y no podía hacer otra cosa que obedecerles.
Gritaban y hacían ruidos como si me estuvieran golpeando, pero nunca me
hicieron daño. Esperaban que los videos realizados tuvieran como resultado el
pago del rescate.
P.: ¿Cómo se siente ahora
que está en libertad?
R.: El Señor me ha hecho un
gran milagro y me ha dado otra vida. Si me salvó, significa que tiene un plan
para mí y quiere que sea su testigo. Quiero dar las gracias a Dios
Todopoderoso, a las autoridades de la Iglesia de la India y al Vaticano, a la
Congregación Salesiana, a mi familia y a todas las personas que han orado por
mi liberación. Gracias a las oraciones de todos, me han salvado la vida.
P.: ¿Cómo se siente después
de conocer al Santo Padre?
R.: Esta es otra gracia
concedida a causa de mi secuestro. Lloré profundamente delante de él. Compartí
mi experiencia con el Santo Padre. Me mostró sus sentimientos, su compasión y
su preocupación. Besó mis manos dos veces. Nunca hubiera esperado todo esos
gestos. Me han dado una nueva vida. Le pedí al Santo Padre que diera las
gracias a todos los que oraron por mí en el mundo.
P.: ¿Cuáles son sus
próximos proyectos? ¿Regresará inmediatamente a la India?
R.: En este momento, me
siento físicamente débil, pero con las medicinas y la comida empiezo a sentirme
mejor. Tengo necesidad de hacerme algunos exámenes médicos y espero volver
pronto. Cuando estaba en Adén, pesaba 82 kg; cuando me pesaron después de mi
liberación, llegué a pesar 55 kg. Ahora estoy recuperando mi peso normal. Estoy
seguro de que estaré bien, porque la gracia de Dios y las oraciones de tanta
gente me han ayudado. Para el futuro, no tengo otros planes que hacer la voluntad
de Dios, que se expresará a través de mis Superiores en la Congregación
Salesiana. Finalmente, regresaré a la India y daré las gracias a todos y me
encontraré con toda mi gente, pero esperaré hasta que los médicos den la orden.
Meditaciones
Si
en el mundo rige el dicho: “Persevera y triunfarás”, mucho más vale esta máxima
para la vida de oración, pues quien persevera todos los días en la oración
cotidiana, obtendrá con seguridad la salvación eterna.
Pero
no sólo se salvará eternamente quien reza todos los días, sino que también las
cosas le irán bien, incluso materialmente, puesto que Dios no se deja ganar en
generosidad, y si realmente rezamos bien, en gracia de Dios, y con las mejores
disposiciones e intenciones, entonces todo nos irá bien, aunque tendremos que
pasar también nosotros las mismas pruebas que pasan todos, con la diferencia
que saldremos siempre vencedores de ellas.
Si
los hombres supiéramos todas las gracias que recibimos cuando rezamos, no
dejaríamos de rezar ni por un instante.
La
oración es como un recipiente con el que vamos a sacar piedras preciosas de un
tesoro infinito. Y cuantas más veces vamos con nuestro recipiente a buscar el
tesoro, tanto más nos enriquecemos. Cada vez que rezamos estamos yendo con ese
recipiente a buscar dones maravillosos al Tesoro de Dios mismo.
Pero
como estas cosas no se ven con los ojos del cuerpo, ni se palpan con las manos,
entonces nos parece que la oración no es útil, y a veces dejamos de rezar, con
lo cual perdemos un incalculable tesoro espiritual, y entramos de lleno en la
posibilidad de condenarnos para siempre.
Perseveremos
en la oración, y cantaremos victoria en la eternidad, y también en este mundo.
© Portal de oración
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Unidos en oración por
nuestros hermanos de México que han
sufrido un gran terremoto, y de Puerto Rico y el Caribe por los efectos del huracán María.
Los cinco minutos de María
Setiembre 20
“María
es la Virgen oferente, ejemplo para toda la Iglesia en el ejercicio del culto
divino.
Bien
pronto los fieles comenzaron a fijarse en María, para, como ella, hacer de su
propia vida una ofrenda a Dios” (Beato Pablo VI).
“Ofrece tu Hijo, Virgen Sagrada, y presenta al Señor
el fondo bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros,
la víctima santa, agradable a Dios”
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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