miércoles, 20 de septiembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3453

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3453 ~ Miércoles 20 de Setiembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Al iniciar la jornada, recuerda que cada vida que tocas queda marcada para bien o para mal quizá por una crítica o quizá por un abrazo una simple mirada puede amargarle el día a una persona. Y una sola sonrisa puede despertar esperanza y alegría.  Por eso hoy con cariño te digo...
No digas algo cuando esto no sea constructivo, ni desalientes a alguien en sus anhelos o proyectos.
Trata de marchar por la vida regalando amor a través de sonrisas y actitudes concretas que transmitan el amor que Jesús nos enseñó.
Construyamos un mundo de hermanos, un mundo de paz, un mundo de amor, que sea más fuerte que las guerras, los odios y la violencia.
¡Que tengas hoy un bonito día!

¡Buenos días!

Encontrar la puerta
Todos en una época de su vida tienen que afrontar una decisión importante: ¿qué seré cuando sea grande? Es el planteo del problema vocacional. Resolverlo con acierto es decisivo porque incide en tu felicidad. Para eso debes empezar por conocer tu propia verdad: inclinaciones y disposiciones naturales que te marcan, desde el vamos,  una dirección.

Un pensador ruso que pasaba por una etapa de crisis interior decidió ir a descansar unos días a un monasterio. Allí le asignaron una habitación que tenía un cartelito sobre la puerta donde estaba escrito su nombre. Por la noche no logrando conciliar el sueño, decidió salir a dar un paseo por el imponente claustro. A su vuelta, se encontró con que no había suficiente luz en el pasillo para leer su nombre que figuraba en la puerta del  cuarto. Recorrió el claustro y todas las puertas le parecían iguales. Por no despertar a los monjes, pasó la noche entera dando vueltas por el enorme y oscuro corredor. Con la primera luz del amanecer distinguió al fin cuál era la puerta de su habitación, por delante de la cual había pasado tantas veces a lo largo de la noche, sin advertirlo.

El deambular de ese hombre en aquella noche oscura es una imagen de lo que tantas veces sucede a las personas. Pasan por delante de la puerta que conduce al camino al que están llamados, pero les falta luz para verlo. Esta luz te la dará Dios. Tú, por tu parte, hazte estas preguntas: ¿qué inclinación y aptitudes tengo?, y ¿qué necesidades veo a mi alrededor? De allí saldrá la solución de tu problema vocacional. Que el Señor te proteja y bendiga.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¿Con quién, pues, compararé a los hombres de esta generación? Y ¿a quién se parecen? Se parecen a los chiquillos que están sentados en la plaza y se gritan unos a otros diciendo: ‘Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos entonando endechas, y no habéis llorado’. Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: ‘Demonio tiene’. Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: ‘Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos». (Lc 7,31-35)

Comentario:
Hoy, Jesús constata la dureza de corazón de la gente de su tiempo, al menos de los fariseos, que están tan seguros de sí mismos que no hay quien les convierta. No se inmutan ni delante de Juan el Bautista, «que no comía pan ni bebía vino» (Lc 7,33), y le acusaban de tener un demonio; ni tampoco se inmutan ante el Hijo del hombre, «que come y bebe», y le acusan de “comilón” y “borracho”, es más, de ser «amigo de publicanos y pecadores» (Lc 7,34). Detrás de estas acusaciones se esconden su orgullo y soberbia: nadie les ha de dar lecciones; no aceptan a Dios, sino que se hacen su dios, un dios que no les mueva de sus comodidades, privilegios e intereses.
Nosotros también tenemos este peligro. ¡Cuántas veces lo criticamos todo: si la Iglesia dice eso, porque dice aquello, si dice lo contrario...; y lo mismo podríamos criticar refiriéndonos a Dios o a los demás. En el fondo, quizá inconscientemente, queremos justificar nuestra pereza y falta de deseo de una verdadera conversión, justificar nuestra comodidad y falta de docilidad. Dice san Bernardo: «¿Qué más lógico que no ver las propias llagas, especialmente si uno las ha tapado con el fin de no poderlas ver? De esto se sigue que, ulteriormente, aunque se las descubra otro, defienda con tozudez que no son llagas, dejando que su corazón se abandone a palabras engañosas».
Hemos de dejar que la Palabra de Dios llegue a nuestro corazón y nos convierta, dejar cambiarnos, transformarnos con su fuerza. Pero para eso hemos de pedir el don de la humildad. Solamente el humilde puede aceptar a Dios, y, por tanto, dejar que se acerque a nosotros, que como “publicanos” y “pecadores” necesitamos que nos cure. ¡Ay de aquél que crea que no necesita al médico! Lo peor para un enfermo es creerse que está sano, porque entonces el mal avanzará y nunca pondrá remedio. Todos estamos enfermos de muerte, y solamente Cristo nos puede salvar, tanto si somos conscientes de ello como si no. ¡Demos gracias al Salvador, acogiéndolo como tal!
Rev. D. Xavier SERRA i Permanyer (Sabadell, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Andrés Kim y Compañeros
Mártires en Corea
Este día la Iglesia venera en una misma celebración a los 103 Mártires de Corea que canonizó Juan Pablo II el 6 de mayo de 1984 en Seúl. Ellos testificaron valerosamente la fe cristiana en aquel país y consagraron con su sangre preciosa las primicias de aquella Iglesia, en distintos lugares y en diferentes fechas de 1839 a 1867. A principios del siglo XVII, desde China, penetró en Corea la fe cristiana, introducida primero por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. En el siglo XIX se sucedieron las persecuciones contra los cristianos y fueron miles los que perdieron la vida por su fe. Entre los canonizados figuran 3 obispos, 8 sacerdotes y 92 laicos; había hombres y mujeres, casados o no, pobres y ricos, ancianos, jóvenes y niños de diversas clases sociales; 10 eran franceses (sacerdotes de las Misiones Extranjeras de París) y 93 coreanos. San Andrés Kim Taegon, hijo de padre mártir, fue el primer sacerdote coreano, y murió decapitado el 16 de septiembre de 1846 en Seúl. San Pablo Chong Hasang, seglar de noble familia, abrazó la fe antes de la llegada de los misioneros, por obra de un grupo laical. Su padre y su hermano mayor dieron la vida por la fe. Asumió con entusiasmo la tarea de catequista e insistió ante la Santa Sede para que enviara misioneros. Fue martirizado el 22 de septiembre de 1839.
Oración: Oh Dios, creador y salvador de todos los hombres, que en Corea, de modo admirable, llamaste a la fe católica a un pueblo de adopción y lo acrecentaste por la gloriosa profesión de fe de los santos mártires Andrés, Pablo y sus compañeros, concédenos, por su ejemplo e intercesión, perseverar también nosotros hasta la muerte en el cumplimiento de tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano

Pensamiento del día

“Dedícate  a  observar cada situación o evento que tengas que vivir,
busca el elemento positivo,  resáltalo, valóralo y minimiza lo negativo. 
Esto implica dejar de quejarte, evitar juzgar a otros
y no hablar de una forma pesimista”
- Maytte Sepulveda -

Tema del día:
El cautiverio del Padre Tom
El misionero salesiano indio Tom Uzhunnalil cuenta cómo vivió los 18 meses de cautiverio, secuestrado el 4 de marzo de 2016 por terroristas yihadistas en Yemen, en una entrevista exclusiva para la Agencia de Información Salesiana (ANS). Por su interés la ofrecemos entera

Pregunta: Padre Tom, ¿cómo ha pasado estos 18 meses de secuestro y cómo le han tratado sus secuestradores?
Respuesta: Fue realmente un tiempo muy largo. No hacía otra cosa sino orar. Tuve las piernas y las manos atadas, pero solamente por algunos días. Pasaba el tiempo orando. Oraba por todas las intenciones posibles.
Por lo general dormía, oraba, pensaba en las clases de técnica que solía dar, mentalmente preparaba algunas lecciones… Y por la noche me quedaba dormido. Todos los días transcurrían de esta manera. No tenía ninguna comunicación con el mundo exterior, ni sabía dónde estaba.
Mis secuestradores no me lastimaron ni me torturaron. Me daban de comer tres veces al día. Solamente una vez me preguntaron algunos detalles sobre mi familia, los lugares que había visitado, la gente que conocía… Yo era su prisionero y estaba sentado todo el día en una almohada esponjosa, y cuando me sentía cansado, me dormía un poco o me quedaba dormido. Mis días han pasado de esta manera.

P.: ¿Qué sintió cuando se enteró de la muerte de las religiosas y las otras personas en el ataque en Adén?
R.: Era el 4 de marzo de 2016, era un viernes. Después de la adoración eucarística y la bendición eucarística para las cinco hermanas, desayuné. Luego pasé un tiempo en la capilla, en la oración personal. A las 8.40 am, recién salido de la casa de las hermanas, escuché un disparo y casi inmediatamente después uno de los atacantes me bloqueó las manos. Le dije que era de origen indio. Me puso en una silla, cerca de la sala de seguridad, cerca de la puerta principal del instituto. Las hermanas ya estaban en su trabajo con los ancianos. El jefe de los atacantes fue en busca de las religiosas, que ya estaban trabajando, y volvió con dos de ellas. Luego retornó por las otras dos hermanas, que fueron dejadas en la puerta principal. Nuevamente se fue en busca de la quinta religiosa, pero no la encontraron. Volvió a la puerta principal, donde había dejado a las hermanas, las sacó fuera de la puerta y fuera de mi vista, disparó y las asesinó. Volvió en busca de las otras dos hermanas que estaban muy cerca e hizo lo mismo. Todo sucedió dentro del instituto. Rogué a Dios para que fuera misericordioso con las hermanas y para que tuviera piedad de los secuestradores. En aquel momento no lloré, ni temí a la muerte.
Después de haber cometido el asesinato, me metieron en el maletero del coche, que estaba estacionado cerca del instituto de las hermanas, y me encerraron. Ellos fueron a la Capilla de la comunidad, sacaron el tabernáculo con el Santísimo y lo tiraron en el maletero del coche donde me habían metido. Y me llevaron de esa manera.
Sentí una gran angustia. He rezado a Dios para que fuera misericordioso con las hermanas y con las víctimas, y he orado para que perdonara a los asesinos. Le pedí al Señor que me diera la gracia y la fuerza para aceptar su voluntad y permanecer fiel a Dios, para ser fiel a la misión por la cual Él me ha querido en ese lugar.

P.: ¿Cuánto le ha ayudado la vida de oración y el carisma salesiano en su experiencia de prisionero?
R.: La mayor parte del tiempo, cuando estaba despierto, de día o de noche, estaba dedicado a la oración. Empezaba mi día con el Ángelus, seguido por un Padre Nuestro y una Ave María por cada una de las hermanas asesinadas, y luego continué orando por mi Inspectoría, por la Congregación, por la Parroquia y la familia, recordando a todas las personas e intenciones que podía y orando por todos ellos. También oré por mis secuestradores, pidiendo al Señor que los perdonara y los convirtiera.
No tenía ni vino ni hostias, ni un misal y ni un leccionario, pero celebraba la Misa espiritualmente todos los días. Ofrecía la Santa Misa al Señor todos los días. Para las lecturas, trataba de recordar algunos episodios del Antiguo o del Nuevo Testamento, y del Evangelio trataba de recordar algunos pasajes donde se narraba algún milagro, alguna parábola o episodio de la vida de Jesús; y las meditaba. Tuve tiempo de rezar por los Salesianos muertos, por mi familia, por los feligreses y por todas las personas que conocía. He seguido orando por muchas intenciones.
Oré mucho para que se hiciese la voluntad del Señor, y oré para ser liberado si era la voluntad de Dios. Muchas veces rezaba el rosario. A veces, sin embargo, no podía orar porque hablaban en árabe y no podía concentrarme absolutamente en nada.

P.: ¿Cómo fueron realizados los videos en los que hacía sus peticiones?
R.: Todo estaba bien diseñado por ellos. Me habían dicho de antemano que harían un video con la finalidad de obtener un rescate, y no podía hacer otra cosa que obedecerles. Gritaban y hacían ruidos como si me estuvieran golpeando, pero nunca me hicieron daño. Esperaban que los videos realizados tuvieran como resultado el pago del rescate.

P.: ¿Cómo se siente ahora que está en libertad?
R.: El Señor me ha hecho un gran milagro y me ha dado otra vida. Si me salvó, significa que tiene un plan para mí y quiere que sea su testigo. Quiero dar las gracias a Dios Todopoderoso, a las autoridades de la Iglesia de la India y al Vaticano, a la Congregación Salesiana, a mi familia y a todas las personas que han orado por mi liberación. Gracias a las oraciones de todos, me han salvado la vida.
P.: ¿Cómo se siente después de conocer al Santo Padre?
R.: Esta es otra gracia concedida a causa de mi secuestro. Lloré profundamente delante de él. Compartí mi experiencia con el Santo Padre. Me mostró sus sentimientos, su compasión y su preocupación. Besó mis manos dos veces. Nunca hubiera esperado todo esos gestos. Me han dado una nueva vida. Le pedí al Santo Padre que diera las gracias a todos los que oraron por mí en el mundo.

P.: ¿Cuáles son sus próximos proyectos? ¿Regresará inmediatamente a la India?
R.: En este momento, me siento físicamente débil, pero con las medicinas y la comida empiezo a sentirme mejor. Tengo necesidad de hacerme algunos exámenes médicos y espero volver pronto. Cuando estaba en Adén, pesaba 82 kg; cuando me pesaron después de mi liberación, llegué a pesar 55 kg. Ahora estoy recuperando mi peso normal. Estoy seguro de que estaré bien, porque la gracia de Dios y las oraciones de tanta gente me han ayudado. Para el futuro, no tengo otros planes que hacer la voluntad de Dios, que se expresará a través de mis Superiores en la Congregación Salesiana. Finalmente, regresaré a la India y daré las gracias a todos y me encontraré con toda mi gente, pero esperaré hasta que los médicos den la orden.

Meditaciones
Si en el mundo rige el dicho: “Persevera y triunfarás”, mucho más vale esta máxima para la vida de oración, pues quien persevera todos los días en la oración cotidiana, obtendrá con seguridad la salvación eterna.
Pero no sólo se salvará eternamente quien reza todos los días, sino que también las cosas le irán bien, incluso materialmente, puesto que Dios no se deja ganar en generosidad, y si realmente rezamos bien, en gracia de Dios, y con las mejores disposiciones e intenciones, entonces todo nos irá bien, aunque tendremos que pasar también nosotros las mismas pruebas que pasan todos, con la diferencia que saldremos siempre vencedores de ellas.
Si los hombres supiéramos todas las gracias que recibimos cuando rezamos, no dejaríamos de rezar ni por un instante.
La oración es como un recipiente con el que vamos a sacar piedras preciosas de un tesoro infinito. Y cuantas más veces vamos con nuestro recipiente a buscar el tesoro, tanto más nos enriquecemos. Cada vez que rezamos estamos yendo con ese recipiente a buscar dones maravillosos al Tesoro de Dios mismo.
Pero como estas cosas no se ven con los ojos del cuerpo, ni se palpan con las manos, entonces nos parece que la oración no es útil, y a veces dejamos de rezar, con lo cual perdemos un incalculable tesoro espiritual, y entramos de lleno en la posibilidad de condenarnos para siempre.
Perseveremos en la oración, y cantaremos victoria en la eternidad, y también en este mundo.
© Portal de oración

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. 
Unidos en oración por nuestros hermanos de México que han sufrido un gran terremoto, y de Puerto Rico y el Caribe por los efectos del huracán María.

Los cinco minutos de María
Setiembre 20
“María es la Virgen oferente, ejemplo para toda la Iglesia en el ejercicio del culto divino.
Bien pronto los fieles comenzaron a fijarse en María, para, como ella, hacer de su propia vida una ofrenda a Dios” (Beato Pablo VI).
“Ofrece tu Hijo, Virgen Sagrada, y presenta al Señor el fondo bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros, la víctima santa, agradable a Dios”
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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