PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3502 ~ Miércoles 15 de Noviembre de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Un
hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la
belleza del lugar, preguntó:
-Señor,
¿qué se vende aquí?
-Los
dones de Dios, le respondió el señor.
-¿Cuánto
cuestan? Volvió a preguntar.
-¡No
cuestan nada! ¡Aquí todo es gratis!
El
hombre contempló el local y vio que había jarros de Amor, frascos de Fe,
paquetes de Esperanza, cajitas de Salvación, mucha Sabiduría, fardos de Perdón,
paquetes grandes de Paz y muchos otros dones.
El
hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por
favor, quiero el mayor jarro de Amor, todos los fardos de Perdón y un frasco
grande de Fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces,
el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquete que cabía en la palma de
su mano.
Incrédulo,
el hombre dijo:
-Pero,
¿cómo puede estar aquí todo lo que pedí?
Sonriendo,
el señor le respondió:
-¡En
el local de Dios no vendemos frutos! ¡Sólo semillas! ¡Siémbralas!
¡Buenos días!
Obras de misericordia
En
todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estoy en condiciones de
amar e imitar a Cristo, el incondicional servidor del Padre y de los hombres.
El modelo humano que me ofrece Jesús, y que él realizó plenamente, es el de
servidor humilde de quien necesita ayuda. “El Hijo del hombre no ha venido para
ser servido, sino para servir”. Lee este mensaje mariano:
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a hacer obras de
misericordia con amor y por amor a mí y a sus hermanos y hermanas que también
son mis hijos. Queridos hijos, todo lo que hagan por los demás háganlo con gran
gozo y humildad ante Dios. Yo estoy con ustedes y día a día ofrezco sus
sacrificios y oraciones a Dios por la salvación del mundo. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado! ”
Ayudar
y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a
los demás. De este olvido de mí mismo, surgirá como por magia, mi propia
felicidad y alegría, mi auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era
alegría. Desperté y vi que la vida era
servicio. Y, en el servicio, encontré la
alegría” (Tagore). ¡Siempre listo para servir!
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Un
día, de camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y
Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres
leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús,
Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a
los sacerdotes».
Y
sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se
volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los
pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús
y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha
habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo:
«Levántate y vete; tu fe te ha salvado». (Lc 17,11-19)
Comentario:
Hoy,
Jesús pasa cerca de nosotros para hacernos vivir la escena mencionada más
arriba, con un aire realista, en la persona de tantos marginados como hay en
nuestra sociedad, los cuales se fijan en los cristianos para encontrar en ellos
la bondad y el amor de Jesús. En tiempos del Señor, los leprosos formaban parte
del estamento de los marginados. De hecho, aquellos diez leprosos fueron al
encuentro de Jesús en la entrada de un pueblo (cf. Lc 17,12), pues ellos no
podían entrar en las poblaciones, ni les estaba permitido acercarse a la gente
(«se pararon a distancia»).
Con
un poco de imaginación, cada uno de nosotros puede reproducir la imagen de los
marginados de la sociedad, que tienen nombre como nosotros: inmigrantes,
drogadictos, delincuentes, enfermos de sida, gente en el paro, pobres... Jesús
quiere restablecerlos, remediar sus sufrimientos, resolver sus problemas; y nos
pide colaboración de forma desinteresada, gratuita, eficaz... por amor.
Además,
hacemos más presente en cada uno de nosotros la lección que da Jesús. Somos
pecadores y necesitados de perdón, somos pobres que todo lo esperan de Él.
¿Seríamos capaces de decir como el leproso «Jesús, maestro, ten compasión de
mi» (cf. Lc 17,13)? ¿Sabemos recurrir a Jesús con plegaria profunda y confiada?
¿Imitamos
al leproso curado, que vuelve a Jesús para darle gracias? De hecho, sólo «uno
de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios» (Lc 17,15). Jesús
echa de menos a los otros nueve: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve,
¿dónde están?» (Lc 17,17). San Agustín dejó la siguiente sentencia: «‘Gracias a
Dios’: no hay nada que uno puede decir con mayor brevedad (...) ni hacer con
mayor utilidad que estas palabras». Por tanto, nosotros, ¿cómo agradecemos a
Jesús el gran don de la vida, propia y de la familia; la gracia de la fe, la
santa Eucaristía, el perdón de los pecados...? ¿No nos pasa alguna vez que no
le damos gracias por la Eucaristía, aun a pesar de participar frecuentemente en
ella? La Eucaristía es —no lo dudemos— nuestra mejor vivencia de cada día.
P. Conrad J. MARTÍ i Martí OFM (Valldoreix,
Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Alberto Magno
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació
en Lauingen (Baviera) en 1206. Estudió en Bolonia y en Padua donde vistió el
hábito de los dominicos en 1229. Ejerció con éxito el profesorado en varios
centros de Alemania y, a partir de 1245, en París, donde tuvo como discípulo
predilecto a santo Tomás de Aquino. Armonizó en su persona la sabiduría de los
santos y el saber humano y las ciencias de la naturaleza. Desempeñó cargos
importantes en su Orden y, junto con san Buenaventura, defendió ante el Papa la
causa de los mendicantes contra quienes querían excluirlos de la docencia
universitaria. En 1260 fue consagrado obispo de Ratisbona, donde fue un pastor
celoso y austero, que puso todo su empeño en pacificar pueblos y ciudades. Dos
años después renunció para predicar la cruzada y volver a la docencia. Es autor
de muchas e importantes obras de teología, y también de ciencias naturales.
Murió en Colonia el 15 de noviembre de 1280.
Oración: Señor, tú que has hecho insigne al obispo san Alberto
Magno, porque supo conciliar de modo admirable la ciencia divina con la sabiduría
humana, concédenos a nosotros aceptar de tal forma su magisterio que, por medio
del progreso de las ciencias, lleguemos a conocerte y a amarte mejor. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“Cuántos
cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su
propia incoherencia. La incoherencia de los cristianos es una de las armas más
efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al
pueblo de Dios del Señor. Decir una cosa y hacer otra… Esa incoherencia produce
escándalo. Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Cómo es mi coherencia de vida?
¿Soy coherente con el Evangelio? ¿Soy coherente con el Señor?”
Historias:
Louis Pasteur, científico católico
Si
esta mañana para el desayuno bebiste un buen vaso de leche pasteurizada, da las
gracias a Louis Pasteur por no haber muerto de tuberculosis difteria o
cualquier otra enfermedad.
Louis
Jean Pasteur nació en el este de Francia, tercer hijo de un pobre curtidor,
Jean-Joseph Pasteur, y de su mujer Jeanne-Etiennette Roqui. Venía de una
familia campesina y era un estudiante normal, que prefería la pesca y hacer
garabatos al estudio.
Pasteur
desarrolló sin embargo un interés por la ciencia, y tras licenciarse en
Filosofía y Ciencias – aunque suspendió un primer examen de ciencias y tuvo
bajos resultados en química – se trasladó a París para dedicar su vida a las
disciplinas científicas, con el apoyo financiero de su padre.
El
descubrimiento principal de Pasteur fue la asimetría en las sustancias
orgánicas (ahora conocida como quiralidad molecular). Escribió a sus hermanas:
“En el caso de que vaciléis por el camino, una mano estará allí para
sosteneros. Si no fuera suficiente, Dios proveerá”.
Seis
años después, tras haber obtenido dos cátedras universitarias en Física,
Pasteur fue nombrado profesor de Química en la Universidad de Estrasburgo. Allí
conoció y se enamoró de Marie Laurent, la hija del rector. Se casaron en mayo
del año siguiente –a los 26 y 23 años respectivamente–, y Marie se convirtió en
su indispensable asistente científica. Los Pasteur tuvieron cinco hijos, pero
solo dos de ellos llegaron a la edad adulta. Su hijo Jean-Baptiste combatió en
la guerra franco-prusiana.
En
1854, Pasteur fue nombrado decano de Ciencias en la Universidad de Lille. Dos
años después, un productor de vinos locales, padre de uno de los estudiantes de
Pasteur, pidió su consejo sobre la fermentación. Pasteur comenzó a realizar
investigaciones sobre el proceso de fermentación, y probó que no estaba
provocado por la descomposición, sino por la fermentación, y esto pasó a ser
conocido como “efecto Pasteur”.
Pasteur
se dio cuenta de que el crecimiento de microorganismos estropeaba bebidas como
la leche, la cerveza y el vino, y elaboró el proceso de calentar los líquidos
para matar las bacterias latentes en ellos, proceso que recibió el nombre de
“pasteurización“.
Pasteur
bromeaba diciendo: “En el campo de la observación, la fortuna favorece sólo a
los espíritus preparados”. Sus experimentos llevaron a la aceptación de la
teoría de los gérmenes, anteriormente postulada sin éxito por Ignaz Semmelweis.
Otra
gran contribución de Pasteur fue rebatir la teoría de la generación espontánea,
es decir, el hecho de que la vida pudiera ser producida por la no vida (como
los gusanos que aparecen en los cadáveres). Esta teoría, llamada también
abiogénesis, fue usada por Charles Darwin para proponer que las primeras formas
de vida surgían de un pequeño estanque con un mix de sustancias.
Tras
haber tratado el cólera aviar, Pasteur creó también las vacunas contra el
ántrax y la rabia, poniendo la bases intelectuales de la inmunología. En 1887
fundó en París el Instituto Pasteur, que aún hoy lleva adelante una obra
importante contra las enfermedades infecciosas. Entre otras contribuciones, el
Instituto fue el primero en aislar el virus del Sida.
Pasteur
escribió: “Feliz el hombre que lleva dentro de sí una divinidad, un ideal de
belleza, y los obedece; un ideal de arte, un ideal de ciencia, un ideal de
País, un ideal de las virtudes evangélicas”. Estas palabras se grabaron en su
tumba en el Instituto Pasteur, donde su cuerpo fue depositado tras haber sido
sepultado inicialmente en la catedral de Notre Dame, tras un funeral de Estado.
Pasteur
sufrió un ictus y murió mientras apretaba su Rosario, mientras le leían la vida
de San Vicente de Paúl, porque esperaba que su obra, como la del santo,
salvaría a los niños que sufrían.
Tenemos
una deuda inmensa con Pasteur. Recemos por su alma y por la de sus familiares.
© Jean Elizabeth Seah
Meditaciones
El
profesor francés Jérôme Lejeune (1926-1994), científico reconocido; pionero de
la genética moderna y descubridor de la trisomía 21, dedicó su vida entera al
servicio de los niños que padecían dicho síndrome (Down). Ayudó y apoyó a más
de 9000 pacientes y a sus padres venidos del mundo entero a París para
consultarlo.
Marcó
la historia defendiendo incansablemente la dignidad y la vida de sus pacientes
contras las leyes eugénicas teniendo el coraje heroico de seguir su conciencia
de médico, fiel al Juramento de Hipócrates, y de cristiano, fiel a su bautismo.
San Juan Pablo II lo nombró primer presidente de la Academia Pontificia por la
Vida. Su proceso de canonización fue abierto. Durante una entrevista al
periódico “La sonrisa de María” tras la pregunta “¿Ama usted a María?”
respondió lo siguiente:
“María,
es la maravilla de las maravillas. La biología nos enseña que cada ser debe su
ser al mensaje genético que le da la vida. Para que en María todo el mensaje
(operación del Espíritu Santo) pueda hacerse carne (encarnación), es necesario
que la Virgen haya sido concebida a la perfección misma (Inmaculada Concepción)
exenta de toda imperfección hereditaria (pecado original). Los teólogos ya lo
sabían ¡antes de que la genética fuese inventada!”.
Equipo María de Nazaret
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración
para Jeannette O., de Perú, que
tiene cáncer de páncreas avanzado y con muchos dolores. La ponemos en manos de
Dios para que no sufra más.
Pedimos oración
para Oman K.L., de ciudad de México,
que viene una afección en la vejiga y será operado en fecha próxima. Rogamos a
nuestro Señor que todo salga bien y se recupere.
Pedimos oración para Gabriela, de Mendoza, Argentina, mamá
joven con dos nenas chiquitas, a la que operan para extirpar ovarios y útero,
siendo que el año pasado le extirparon una mama. Que la Santísima Virgen de
Lourdes esté junto a ella en todo momento para acompañarla e interceda ante su
Hijo Jesús, para que todo finalice de la mejor manera.
Pedimos oración
para María Trinidad A. y Carlos C. O., ambos de Bogotá,
Colombia, que tienen pronto unos chequeos médicos y, con seguridad, exámenes
rigurosos; confiados en que el Señor les dará el don de la salud, siempre con
la intercesión de nuestra Señora en su advocación de Lourdes. Igualmente rezamos
por la hija de ambos, María Paula,
quien está atravesando por una dificultad emocional y sentimental, seguros que,
iluminada por el Espíritu Santo, logrará encaminar su Proyecto de Vida en
cumplimiento de la Santa Voluntad de nuestro Señor Jesucristo.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Noviembre 15
El
Evangelio debe ser la norma de tu conducta, el fundamento de tus criterios, la
escala de tus valores, al fin y al cabo el Evangelio es Cristo viviendo,
enseñando, muriendo, resucitando y salvando a los hombres de todos los tiempos.
En
el Evangelio hallamos a su Madre Santísima, la Virgen María. Allí se nos narran
las virtudes de la Virgen, ya en su vida privada de Belén y de Nazaret, ya en
la vida pública y apostólica de Jesús. Su humildad, su sencillez, su silencio y
mansedumbre, su disponibilidad a la voluntad de Dios trazan lo que podríamos
llamar “el evangelio mariano”.
María del Evangelio, conviértenos en anuncio viviente
del Reino.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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