miércoles, 15 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3502

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3502 ~ Miércoles 15 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza del lugar, preguntó:
-Señor, ¿qué se vende aquí?
-Los dones de Dios, le respondió el señor.
-¿Cuánto cuestan? Volvió a preguntar.
-¡No cuestan nada! ¡Aquí todo es gratis!
El hombre contempló el local y vio que había jarros de Amor, frascos de Fe, paquetes de Esperanza, cajitas de Salvación, mucha Sabiduría, fardos de Perdón, paquetes grandes de Paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de Amor, todos los fardos de Perdón y un frasco grande de Fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquete que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, ¿cómo puede estar aquí todo lo que pedí?
Sonriendo, el señor le respondió:
-¡En el local de Dios no vendemos frutos! ¡Sólo semillas! ¡Siémbralas!

¡Buenos días!

Obras de misericordia
En todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estoy en condiciones de amar e imitar a Cristo, el incondicional servidor del Padre y de los hombres. El modelo humano que me ofrece Jesús, y que él realizó plenamente, es el de servidor humilde de quien necesita ayuda. “El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir”. Lee este mensaje mariano:

“¡Queridos hijos! Hoy los invito a hacer obras de misericordia con amor y por amor a mí y a sus hermanos y hermanas que también son mis hijos. Queridos hijos, todo lo que hagan por los demás háganlo con gran gozo y humildad ante Dios. Yo estoy con ustedes y día a día ofrezco sus sacrificios y oraciones a Dios por la salvación del mundo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

Ayudar y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda generosamente a los demás. De este olvido de mí mismo, surgirá como por magia, mi propia felicidad y alegría, mi auténtica realización. “Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi  que la vida era servicio. Y, en el servicio,  encontré la alegría” (Tagore). ¡Siempre listo para servir! 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Un día, de camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado». (Lc 17,11-19)

Comentario:
Hoy, Jesús pasa cerca de nosotros para hacernos vivir la escena mencionada más arriba, con un aire realista, en la persona de tantos marginados como hay en nuestra sociedad, los cuales se fijan en los cristianos para encontrar en ellos la bondad y el amor de Jesús. En tiempos del Señor, los leprosos formaban parte del estamento de los marginados. De hecho, aquellos diez leprosos fueron al encuentro de Jesús en la entrada de un pueblo (cf. Lc 17,12), pues ellos no podían entrar en las poblaciones, ni les estaba permitido acercarse a la gente («se pararon a distancia»).
Con un poco de imaginación, cada uno de nosotros puede reproducir la imagen de los marginados de la sociedad, que tienen nombre como nosotros: inmigrantes, drogadictos, delincuentes, enfermos de sida, gente en el paro, pobres... Jesús quiere restablecerlos, remediar sus sufrimientos, resolver sus problemas; y nos pide colaboración de forma desinteresada, gratuita, eficaz... por amor.
Además, hacemos más presente en cada uno de nosotros la lección que da Jesús. Somos pecadores y necesitados de perdón, somos pobres que todo lo esperan de Él. ¿Seríamos capaces de decir como el leproso «Jesús, maestro, ten compasión de mi» (cf. Lc 17,13)? ¿Sabemos recurrir a Jesús con plegaria profunda y confiada?
¿Imitamos al leproso curado, que vuelve a Jesús para darle gracias? De hecho, sólo «uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios» (Lc 17,15). Jesús echa de menos a los otros nueve: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?» (Lc 17,17). San Agustín dejó la siguiente sentencia: «‘Gracias a Dios’: no hay nada que uno puede decir con mayor brevedad (...) ni hacer con mayor utilidad que estas palabras». Por tanto, nosotros, ¿cómo agradecemos a Jesús el gran don de la vida, propia y de la familia; la gracia de la fe, la santa Eucaristía, el perdón de los pecados...? ¿No nos pasa alguna vez que no le damos gracias por la Eucaristía, aun a pesar de participar frecuentemente en ella? La Eucaristía es —no lo dudemos— nuestra mejor vivencia de cada día.
P. Conrad J. MARTÍ i Martí OFM (Valldoreix, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Alberto Magno
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació en Lauingen (Baviera) en 1206. Estudió en Bolonia y en Padua donde vistió el hábito de los dominicos en 1229. Ejerció con éxito el profesorado en varios centros de Alemania y, a partir de 1245, en París, donde tuvo como discípulo predilecto a santo Tomás de Aquino. Armonizó en su persona la sabiduría de los santos y el saber humano y las ciencias de la naturaleza. Desempeñó cargos importantes en su Orden y, junto con san Buenaventura, defendió ante el Papa la causa de los mendicantes contra quienes querían excluirlos de la docencia universitaria. En 1260 fue consagrado obispo de Ratisbona, donde fue un pastor celoso y austero, que puso todo su empeño en pacificar pueblos y ciudades. Dos años después renunció para predicar la cruzada y volver a la docencia. Es autor de muchas e importantes obras de teología, y también de ciencias naturales. Murió en Colonia el 15 de noviembre de 1280.
Oración: Señor, tú que has hecho insigne al obispo san Alberto Magno, porque supo conciliar de modo admirable la ciencia divina con la sabiduría humana, concédenos a nosotros aceptar de tal forma su magisterio que, por medio del progreso de las ciencias, lleguemos a conocerte y a amarte mejor. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Palabras del Papa Francisco
“Cuántos cristianos, con su ejemplo, alejan a la gente, con su incoherencia, con su propia incoherencia. La incoherencia de los cristianos es una de las armas más efectivas que tiene el diablo para debilitar al pueblo de Dios y para alejar al pueblo de Dios del Señor. Decir una cosa y hacer otra… Esa incoherencia produce escándalo. Por lo tanto, debemos preguntarnos: ¿Cómo es mi coherencia de vida? ¿Soy coherente con el Evangelio? ¿Soy coherente con el Señor?”

Historias:
Louis Pasteur, científico católico
Si esta mañana para el desayuno bebiste un buen vaso de leche pasteurizada, da las gracias a Louis Pasteur por no haber muerto de tuberculosis difteria o cualquier otra enfermedad.

Louis Jean Pasteur nació en el este de Francia, tercer hijo de un pobre curtidor, Jean-Joseph Pasteur, y de su mujer Jeanne-Etiennette Roqui. Venía de una familia campesina y era un estudiante normal, que prefería la pesca y hacer garabatos al estudio.

Pasteur desarrolló sin embargo un interés por la ciencia, y tras licenciarse en Filosofía y Ciencias – aunque suspendió un primer examen de ciencias y tuvo bajos resultados en química – se trasladó a París para dedicar su vida a las disciplinas científicas, con el apoyo financiero de su padre.

El descubrimiento principal de Pasteur fue la asimetría en las sustancias orgánicas (ahora conocida como quiralidad molecular). Escribió a sus hermanas: “En el caso de que vaciléis por el camino, una mano estará allí para sosteneros. Si no fuera suficiente, Dios proveerá”.

Seis años después, tras haber obtenido dos cátedras universitarias en Física, Pasteur fue nombrado profesor de Química en la Universidad de Estrasburgo. Allí conoció y se enamoró de Marie Laurent, la hija del rector. Se casaron en mayo del año siguiente –a los 26 y 23 años respectivamente–, y Marie se convirtió en su indispensable asistente científica. Los Pasteur tuvieron cinco hijos, pero solo dos de ellos llegaron a la edad adulta. Su hijo Jean-Baptiste combatió en la guerra franco-prusiana.

En 1854, Pasteur fue nombrado decano de Ciencias en la Universidad de Lille. Dos años después, un productor de vinos locales, padre de uno de los estudiantes de Pasteur, pidió su consejo sobre la fermentación. Pasteur comenzó a realizar investigaciones sobre el proceso de fermentación, y probó que no estaba provocado por la descomposición, sino por la fermentación, y esto pasó a ser conocido como “efecto Pasteur”.

Pasteur se dio cuenta de que el crecimiento de microorganismos estropeaba bebidas como la leche, la cerveza y el vino, y elaboró el proceso de calentar los líquidos para matar las bacterias latentes en ellos, proceso que recibió el nombre de “pasteurización“.

Pasteur bromeaba diciendo: “En el campo de la observación, la fortuna favorece sólo a los espíritus preparados”. Sus experimentos llevaron a la aceptación de la teoría de los gérmenes, anteriormente postulada sin éxito por Ignaz Semmelweis.

Otra gran contribución de Pasteur fue rebatir la teoría de la generación espontánea, es decir, el hecho de que la vida pudiera ser producida por la no vida (como los gusanos que aparecen en los cadáveres). Esta teoría, llamada también abiogénesis, fue usada por Charles Darwin para proponer que las primeras formas de vida surgían de un pequeño estanque con un mix de sustancias.

Tras haber tratado el cólera aviar, Pasteur creó también las vacunas contra el ántrax y la rabia, poniendo la bases intelectuales de la inmunología. En 1887 fundó en París el Instituto Pasteur, que aún hoy lleva adelante una obra importante contra las enfermedades infecciosas. Entre otras contribuciones, el Instituto fue el primero en aislar el virus del Sida.

Pasteur escribió: “Feliz el hombre que lleva dentro de sí una divinidad, un ideal de belleza, y los obedece; un ideal de arte, un ideal de ciencia, un ideal de País, un ideal de las virtudes evangélicas”. Estas palabras se grabaron en su tumba en el Instituto Pasteur, donde su cuerpo fue depositado tras haber sido sepultado inicialmente en la catedral de Notre Dame, tras un funeral de Estado.

Pasteur sufrió un ictus y murió mientras apretaba su Rosario, mientras le leían la vida de San Vicente de Paúl, porque esperaba que su obra, como la del santo, salvaría a los niños que sufrían.

Tenemos una deuda inmensa con Pasteur. Recemos por su alma y por la de sus familiares.
© Jean Elizabeth Seah

Meditaciones
El profesor francés Jérôme Lejeune (1926-1994), científico reconocido; pionero de la genética moderna y descubridor de la trisomía 21, dedicó su vida entera al servicio de los niños que padecían dicho síndrome (Down). Ayudó y apoyó a más de 9000 pacientes y a sus padres venidos del mundo entero a París para consultarlo.
Marcó la historia defendiendo incansablemente la dignidad y la vida de sus pacientes contras las leyes eugénicas teniendo el coraje heroico de seguir su conciencia de médico, fiel al Juramento de Hipócrates, y de cristiano, fiel a su bautismo. San Juan Pablo II lo nombró primer presidente de la Academia Pontificia por la Vida. Su proceso de canonización fue abierto. Durante una entrevista al periódico “La sonrisa de María” tras la pregunta “¿Ama usted a María?” respondió lo siguiente:
“María, es la maravilla de las maravillas. La biología nos enseña que cada ser debe su ser al mensaje genético que le da la vida. Para que en María todo el mensaje (operación del Espíritu Santo) pueda hacerse carne (encarnación), es necesario que la Virgen haya sido concebida a la perfección misma (Inmaculada Concepción) exenta de toda imperfección hereditaria (pecado original). Los teólogos ya lo sabían ¡antes de que la genética fuese inventada!”.
Equipo María de Nazaret  

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Jeannette O., de Perú, que tiene cáncer de páncreas avanzado y con muchos dolores. La ponemos en manos de Dios para que no sufra más.

Pedimos oración para Oman K.L., de ciudad de México, que viene una afección en la vejiga y será operado en fecha próxima. Rogamos a nuestro Señor que todo salga bien y se recupere. 

Pedimos oración para Gabriela, de Mendoza, Argentina, mamá joven con dos nenas chiquitas, a la que operan para extirpar ovarios y útero, siendo que el año pasado le extirparon una mama. Que la Santísima Virgen de Lourdes esté junto a ella en todo momento para acompañarla e interceda ante su Hijo Jesús, para que todo finalice de la mejor manera.

Pedimos oración para María Trinidad A. y Carlos C. O., ambos de Bogotá, Colombia, que tienen pronto unos chequeos médicos y, con seguridad, exámenes rigurosos; confiados en que el Señor les dará el don de la salud, siempre con la intercesión de nuestra Señora en su advocación de Lourdes. Igualmente rezamos por la hija de ambos, María Paula, quien está atravesando por una dificultad emocional y sentimental, seguros que, iluminada por el Espíritu Santo, logrará encaminar su Proyecto de Vida en cumplimiento de la Santa Voluntad de nuestro Señor Jesucristo.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Noviembre 15
El Evangelio debe ser la norma de tu conducta, el fundamento de tus criterios, la escala de tus valores, al fin y al cabo el Evangelio es Cristo viviendo, enseñando, muriendo, resucitando y salvando a los hombres de todos los tiempos.
En el Evangelio hallamos a su Madre Santísima, la Virgen María. Allí se nos narran las virtudes de la Virgen, ya en su vida privada de Belén y de Nazaret, ya en la vida pública y apostólica de Jesús. Su humildad, su sencillez, su silencio y mansedumbre, su disponibilidad a la voluntad de Dios trazan lo que podríamos llamar “el evangelio mariano”.
María del Evangelio, conviértenos en anuncio viviente del Reino.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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