PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3244 ~ Miércoles 18 de Enero de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Esta
mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes de que
el reloj marque la media noche. Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Mi
trabajo es escoger qué clase de día voy a tener.
Hoy
puedo quejarme porque el día está lluvioso, o puedo dar gracias a Dios porque
las plantas están siendo regadas gratis. Hoy puedo quejarme de mi salud o puedo
regocijarme porque estoy vivo. Hoy puedo lamentarme por todo lo que mis padres
no me dieron mientras estaba creciendo, o puedo sentirme agradecido de que me
permitieran haber nacido. Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o
puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo. Hoy puedo quejarme porque
tengo que ir a la escuela, o puedo estudiar y llenar mi mente de nuevos y ricos
conocimientos.
El
día se presenta ante mí esperando a que yo le dé forma, y ¡aquí estoy yo!... su
escultor. Lo que suceda hoy depende de mí, de mi propia elección. Ayúdame, Señor, a emplear sabiamente el
admirable regalo de la libertad.
Cuando
la vida te entrega un limón, ¿te ingenias para hacerte con él una limonada?
¿Has adquirido la capacidad de transformar los obstáculos de tu camino en un
medio para tu crecimiento personal?
¡Buenos días!
Serenidad y bondad
¡Cuánta
luz, cuánta bondad, cuánto apoyo puedes dar cada día! Dios te necesita para
esta tarea de buen samaritano. Él te da sus dones para que los irradies con un
corazón generoso. Santa Faustina Kowalska refiere en su “Diario” una anécdota
que puede alentarte a actuar todos los días con serenidad y dulzura.
Hoy llamaron a la puerta cinco desempleados que
querían entrar a toda costa. Una Hermana tras discutir con ellos y sin poder
despedirlos, vino a la capilla a hablar con la Madre quien me ordenó ir. Estaba
aún lejos de la puerta cuando oí sus insistentes golpes en ella. Me invadieron
dudas y temor, no sabía si abrirles o responder por la mirilla. Pero, de
repente oí una voz en el alma: “Ve y ábreles la puerta y conversa con ellos con
la misma dulzura con la que hablas conmigo”. Abrí la puerta enseguida y me
acerqué al más amenazador y me puse a hablarle con tanta dulzura y serenidad
que empezaron a hablar con gentileza y dijeron: ¿Qué hemos de hacer? si el
convento no puede darnos trabajo. Y se han ido en paz.
Sin
duda hay muchos en el mismo círculo de tus relaciones que hoy necesitan de tu
palabra, de tu sonrisa, de tu abrazo o simplemente de tu compañía. Cuánto puede
ayudar la gracia del buen humor al corazón que se encuentra abatido, la palabra
serena al que está irritado, la dulzura de una voz amable al que yace en el
abismo de la desesperación.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, entró Jesús de nuevo en la sinagoga, y había allí un hombre que
tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para
poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en
medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar
una vida en vez de destruirla?». Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con
ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano».
Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos,
se confabularon con los herodianos contra Él para ver cómo eliminarle. (Mc 3,1-6)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos enseña que hay que obrar el bien en todo tiempo: no hay un tiempo
para hacer el bien y otro para descuidar el amor a los demás. El amor que nos
viene de Dios nos conduce a la Ley suprema, que nos dejó Jesús en el
mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo mismo os he amado» (Jn 13,34).
Jesús no deroga ni critica la Ley de Moisés, ya que Él mismo cumple sus preceptos
y acude a la sinagoga el sábado; lo que Jesús critica es la interpretación
estrecha de la Ley que han hecho los maestros y los fariseos, una
interpretación que deja poco lugar a la misericordia.
Jesucristo
ha venido a proclamar el Evangelio de la salvación, pero sus adversarios, lejos
de dejarse convencer, buscan pretextos contra Él: «Había allí un hombre que
tenía la mano paralizada. Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para
poder acusarle» (Mc 3,1-2). Al mismo tiempo que podemos ver la acción de la
gracia, constatamos la dureza del corazón de unos hombres orgullosos que creen
tener la verdad de su parte. ¿Experimentaron alegría los fariseos al ver aquel
pobre hombre con la salud restablecida? No, todo lo contrario, se obcecaron
todavía más, hasta el punto de ir a hacer tratos con los herodianos —sus
enemigos naturales— para mirar de perder a Jesús, ¡curiosa alianza!
Con
su acción, Jesús libera también el sábado de las cadenas con las cuales lo
habían atado los maestros de la Ley y los fariseos, y le restituye su sentido
verdadero: día de comunión entre Dios y el hombre, día de liberación de la
esclavitud, día de la salvación de las fuerzas del mal. Nos dice san Agustín:
«Quien tiene la conciencia en paz, está tranquilo, y esta misma tranquilidad es
el sábado del corazón». En Jesucristo, el sábado se abre ya al don del domingo.
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Margarita de Hungría
Virgen Dominica
Hija
de Bela IV, rey de Hungría, nació en Turoc (Dalmacia) el año 1242. Sus padres
hicieron voto de consagrarla a Dios si liberaba a su patria de los tártaros.
Desde pequeña se educó en las dominicas, en el monasterio de Santa María, en el
que hizo la profesión religiosa en 1254. Es una de las grandes místicas
medievales de Hungría. En la vida conventual, realizaba las tareas más
humildes, con gran espíritu de pobreza y mortificación. No tenía una gran
cultura, pero desde niña se hacía leer las Escrituras y se confiaba a la guía
espiritual de su confesor, el dominico P. Marcelo, que fue Provincial de
Hungría. Rezaba siempre las mismas oraciones y tenía una particular devoción a
la Pasión de Cristo y a la Eucaristía. Llegó a un alto grado de contemplación,
acompañada de visiones y otros dones de Dios. Murió el 18 de enero de 1270 en
su convento.
© Directorio Franciscano
Pensamiento del día
"Nadie puede hacer el bien
en un espacio de su vida,
mientras hace daño en otro.
La vida es un todo indivisible"
Ghandi
Tema del día:
La soledad, compañera de vida
La
soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si
no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de
labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan
por sí solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su
cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....
Pero
no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.
La
soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia,
pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón,
que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que
consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas
pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se
sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad
La
soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por
incomprensible... Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se
necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba
de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La
mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez
lamentan hasta que hayan nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de
él? ¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!
Las
monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras
extrañas.
Y
la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia... que
como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El
hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que
parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.
La
soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre
solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de
una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también
están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o
compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra
mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan
solas...
Si
no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún
que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro
amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por
aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.
En
realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras
vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no
aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero
sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro
espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar
con nuestros más íntimos sentimientos.
Ella
nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al
encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios,
que llenará nuestras vidas porque Él es todo amor.
Por:
Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Meditación
Uno
puede ofrecer sus ideas a otros como balas o como semillas. Puede dispararlas o
sembrarlas; pegarle en la cabeza a la gente con ellas, o plantarlas en sus
corazones.
Las
ideas usadas como balas matarán la inspiración y neutralizarán la motivación.
En
cambio, usadas como semillas, echarán raíces, crecerán y se volverán realidad
en las vidas en las que fueron plantadas.
El
único riesgo en usarlas como semillas es que una vez que crece y se convierte
en parte de aquellos en quienes fueron plantadas, es probable que nunca te
reconozcan el mérito de haberlas ideado.
Pero
si uno está dispuesto a prescindir del crédito...... recogerá una abundante
cosecha.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Caterina G., de 49 años
de edad, de la ciudad de Córdoba, Argentina, operada de tumores cerebrales,
para que el Señor ilumine a los médicos y encuentren tratamientos que conduzcan
a su curación definitiva.
Pedimos oración por Néstor, de 25 años, radicado en Bariloche,
Argentina, y enfermo de insuficiencia renal. Lo encomendamos a la mediación de
nuestra Señora de Lourdes para que le pida a Jesús su sanación.
Pedimos oración por la salud psíquica y emocional de Sergio Alberto S. C. y también de su familia, que viven momentos de angustia, por lo que los colocamos a todos en las manos sanadoras del Señor.
Pedimos oración por la salud psíquica y emocional de Sergio Alberto S. C. y también de su familia, que viven momentos de angustia, por lo que los colocamos a todos en las manos sanadoras del Señor.
Pedimos
oraciones para las siguientes personas de México: Jesús A., con problemas circulatorios; María Elena M. A., que será operada de columna; Sonia S., con problemas renales; Aurelio C., con problemas digestivos; José C. S., para que Dios lo fortalezca
junto a su familia; Mariela C., para
que salga bien de su procedimiento; Pilar
M., por buenos resultados de sus estudios; y Farid S. N., por una pronta recuperación de su salud.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Enero 18
María
amó a todos sin excepción y a todos les deseó el bien y el mayor bien que se
puede desear: el amor de Dios. Porque, comparado con el amor de Dios, todo lo
demás resulta insignificante, por valioso que se lo quiera suponer.
Y
así, María por todos oró, por todos sufrió, por todos entregó a su Hijo, para
que a todos salvara y redimiera.
Esta
universalidad del amor de María es fiel modelo de lo que debe ser nuestro amor
cristiano. El verdadero amor no es envidioso, no busca las cosas propias, sino
que busca el bien de los demás. El verdadero amor cristiano debe ser definido
como la entrega de sí mismo a los demás a imitación de María, que se entregó a
sí misma y al que quería más que a sí misma: su Hijo Jesús.
María, que con amor te uniste a la entrega de tu
Hijo, ayúdanos a entregarnos en el servicio a los hermanos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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