sábado, 18 de noviembre de 2017

Pequeñas Semillitas 3505

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3505 ~ Sábado 18 de Noviembre de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Miles de personas en situación de exclusión y pobres participarán en la Misa celebrada por el Papa Francisco con motivo de la I Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará en Roma mañana domingo 19 de noviembre. Tras la celebración de la Eucaristía, 1.500 personas participarán en una comida festiva en el Aula Pablo VI junto al Santo Padre, mientras que otras 2.500 personas serán recibidas en diferentes seminarios y colegios católicos de Roma para participar también en un almuerzo.
La celebración de la Jornada Mundial de los Pobres es el resultado de un fuerte deseo del Papa Francisco tras la conclusión del Jubileo de la Misericordia con el fin de que toda la comunidad cristiana se sienta llamada a tender la mano a los pobres, a los débiles, a los hombres y mujeres cuya dignidad ha sido pisoteada.
¡Ojalá que esta buena iniciativa no se agote en un día, sino que se mantenga en el corazón de todos por tiempo indefinido, aprendiendo a ver el rostro de Cristo en cada pobre que se cruce en nuestro camino!

¡Buenos días!

La silla vacía
Tal vez no has encontrado todavía un modo fácil y efectivo de entablar comunicación con Dios, pues en la oración se trata de eso: de dialogar sencillamente con Jesús. Esta anécdota podría activar tu creatividad.

Un sacerdote que visitó varias veces a un enfermo, observó con extrañeza la presencia de una silla vacía junto a su cabecera. Por fin una vez le preguntó para qué tenía una silla vacía junto a la cama. — No está vacía, —contestó el enfermo. Yo he ubicado a Jesús en esa silla y estaba conversando con él hasta que llegó usted. —Y añadió.  —Durante años me resultó difícil hacer oración, hasta que un buen amigo me explicó que orar no es hacer otra cosa más que hablar con Jesús. Al mismo tiempo me aconsejó colocar una silla vacía junto a mí, imaginando a Jesús sentado en ella hablando conmigo y yo con él. Desde aquel día ya no tuve dificultad en orar.
Algunos días después llegó apresuradamente la hija del enfermo a la casa parroquial para comunicar al sacerdote que el enfermo había fallecido. Y dijo: — Lo veía tan lleno de paz que me atreví a dejarlo solo, ausentándome un par de horas. Cuando volví a casa, entrando en la habitación lo encontré sin vida. Sin embargo, algo me ha resultado extraño, su posición: la cabeza no reposaba sobre la almohada del lecho, sino sobre la silla colocada junto a él.

“Desde aquel día ya no tuve dificultad en orar”. Ojalá acontezca lo mismo contigo, así como también esa irradiación de paz que daba un aura especial al rostro del enfermo. Siempre me impresionó aquella afirmación de san Alfonso María de Ligorio, doctor de la iglesia: “El que ora se salva; el que no ora se condena”. 
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: ‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’. Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’».
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?». (Lc 18,1-8)

Comentario:
Hoy, en los últimos días del año litúrgico, Jesús nos exhorta a orar, a dirigirnos a Dios. Podemos pensar cómo los padres y madres de familia esperan que —¡todos los días!— sus hijos les digan algo, que les muestren su afecto amoroso.
Dios, que es Padre de todos, también lo espera. Jesús nos lo dice muchas veces en el Evangelio, y sabemos que hablar con Dios es hacer oración. La oración es la voz de la fe, de nuestra creencia en Él, también de nuestra confianza, y ojalá fuera también siempre manifestación de nuestro amor.
A fin de que nuestra oración sea perseverante y confiada, dice san Lucas, que «Jesús les propuso una parábola para inculcarles que es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Sabemos que la oración se puede hacer alabando al Señor o dando gracias, o reconociendo la propia debilidad humana —el pecado—, implorando la misericordia de Dios, pero la mayoría de las veces será de petición de alguna gracia o favor. Y, aunque no se consiga de momento lo que se pide, sólo el poder dirigirse a Dios, el hecho de poder contarle a ese Alguien la pena o la preocupación, ya será la consecución de algo, y seguramente —aunque no de inmediato, sino en el tiempo—, obtendrá respuesta, porque «Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a Él día y noche (...)?» (Lc 18,7).
San Juan Clímaco, a propósito de esta parábola evangélica, dice que «aquel juez que no temía a Dios, cede ante la insistencia de la viuda para no tener más la pesadez de escucharla. Dios hará justicia al alma, viuda de Él por el pecado, frente al cuerpo, su primer enemigo, y frente a los demonios, sus adversarios invisibles. El Divino Comerciante sabrá intercambiar bien nuestras buenas mercancías, poner a disposición sus grandes bienes con amorosa solicitud y estar pronto a acoger nuestras súplicas».
Perseverancia en orar, confianza en Dios. Decía Tertuliano que «sólo la oración vence a Dios».
+ Rev. D. Joan FARRÉS i Llarisó (Rubí, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Dedicación de las Basílicas
de San Pedro y San Pablo
 
Es el aniversario de las basílicas de los santos apóstoles, protectores de la ciudad de Roma, meta de peregrinaciones a lo largo de los siglos. La basílica de San Pedro fue construida por el emperador Constantino hacia el año 350, en la colina Vaticana, sobre el sepulcro que guarda las cenizas venerables del Apóstol, y la consagró el papa san Silvestre; la basílica actual fue consagrada por el papa Urbano VIII el año 1626. El mismo Constantino mandó edificar la basílica de San Pablo, junto a la vía Ostiense, extramuros de la ciudad de Roma, en el lugar donde se cree que fue decapitado el apóstol; fue consagrada por el papa Siricio y está regida desde el siglo VIII por monjes benedictinos; la basílica actual, construida tras el incendio de la anterior, fue consagrada por Pío IX en 1854. La conmemoración conjunta expresa simbólicamente la fraternidad de los Apóstoles y la unidad de la Iglesia. El recuerdo de los dos apóstoles debe fortalecer la fe que nos transmitieron con su palabra y su martirio.
Oración: Defiende a tu Iglesia, Señor, con la protección de los apóstoles y, pues ha recibido por ellos el primer anuncio del Evangelio, reciba también, por su intercesión, aumento de gracia hasta el fin de los tiempos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Palabras del Santo Padre Pío 
"El miedo debe dar la mano a la confianza
y deben caminar los dos juntos como dos hermanos.
Hay que actuar siempre así, ya que,
sí nos percatamos de tener miedo o de temer demasiado,
entonces debemos recurrir a la confianza;
y si confiamos en exceso,
debemos, en cambio, tener un poco de temor,
porque el amor tiende hacia el objeto amado,
pero al avanzar es ciego, no ve;
pero el santo temor le ofrece la luz"

Temas Médicos:
El ADN y la naturaleza humana
Los estudios sobre el ADN (en inglés DNA) avanzan continuamente y permiten alcanzar nuevas metas en el mundo de la medicina y de la ciencia.

Gracias al ADN se pueden predecir enfermedades, escoger mejor los trasplantes de órganos o tejidos, preparar medicinas “personalizadas”. A la vez, se puede identificar a personas en situaciones delicadas, como es el caso del reconocimiento de cadáveres o para individuar a posibles delincuentes.

Los progresos en el campo de la genética llevan a algunos a pensar que el ADN es la característica central, lo que nos define como seres vivos de una determinada especie. Para saber si estamos o no estamos ante un hombre, bastaría con observar el patrimonio genético del individuo en cuestión. Incluso hay quienes creen que lo que define nuestra humanidad consiste en poseer los 46 cromosomas típicos de nuestra especie.

Es cierto que el ADN tiene una importancia enorme en la configuración y en el desarrollo de los seres vivos. Pero el ADN tiene una cantidad enorme de variantes. Además, el ADN se inserta en un complejo equilibrio dinámico entre diversas partes de las células, y depende en mucho de las circunstancias ambientales para poder “expresarse” con normalidad.

Entre los seres humanos, por ejemplo, no todos tienen 46 cromosomas. Hay personas que tienen 47, otros tienen 45, y se dan más variantes. Entre los que tienen 46 cromosomas (como entre quienes tienen más o menos cromosomas), hay una gran variabilidad en la disposición interna de los genes, unos sanos, otros dañados, otros ausentes, etc.

Las variaciones en el ADN explican la diversificación de los individuos. Un observador atento puede señalar fácilmente las enormes diferencias que hay entre una persona que no llega a medir más de un metro y medio y quien es superior a dos metros; entre quien tiene unos rasgos raciales de un tipo y quien los tiene de otro; entre quien se mueve y se expresa con agilidad y quien, por motivos fisiológicos o de otro tipo, muestra una gran lentitud de movimientos.

Junto a la riqueza de diferencias entre los individuos debida al ADN, existen otras diferencias que surgen según los modos en los que el ADN interactúa con las demás partes de la célula, especialmente gracias al ARN (en inglés, RNA) y a los ribosomas, y con el ambiente.

Es posible, por ejemplo, que un ADN “sano” no pueda ser leído correctamente durante el embarazo porque la madre ha tomado algunas sustancias dañinas. El caso del talidomide es, en ese sentido, tristemente famoso. Otras veces un genoma dañado, orientado a provocar ciertas enfermedades en la edad adulta, nunca llega a “actuar” (a dañar a la persona), por factores externos o simplemente porque esa persona muere prematuramente.

El deseo de definir al ser humano solamente por el ADN resulta, por lo tanto, insuficiente y reductivo. Una compleja cadena de aminoácidos, como la de nuestro ADN, tiene un papel insustituible a la hora de explicar la mayoría de los procesos fisicoquímicos de nuestro cuerpo. Pero no puede ni fundar la dignidad humana ni explicar fenómenos tan complejos y tan maravillosos como son el pensamiento intelectual y el amor.
© Fernando Pascual

Humor de sábados
# Los médicos estamos acostumbrados a que nos llamen por teléfono a cualquier hora. Una noche me despertó un hombre a cuya esposa ya había atendido antes.
- Siento molestarlo tan tarde -me dijo- pero creo que mi mujer tiene apendicitis.
Aún medio dormido, recordé que yo le había quitado el apéndice a su esposa dos años atrás.
- Nadie tiene un segundo apéndice - exclamé.
- Doctor, quizás usted no haya oído hablar de un segundo apéndice -contestó, pero sí de que podemos tener una segunda esposa.

# Una francesa se lo hace estirar todo: la nariz, la piel de la cara, etc...
Finalmente, el cirujano le pregunta:
- ¿Desea la señora algo más?
- Sí. Quisiera tener los ojos más grandes y expresivos.
- Nada más fácil, señora. Enfermera: traiga la cuenta, por favor.

Meditaciones
Quo vadis, Domine? (¿A dónde vas, Señor?)
Esta frase se ha hecho famosa debido a la película "Quo vadis", del año 1951 dirigida por Mervyn Le Roy. Al final de la misma san Pedro huyendo de Roma, se encuentra con Jesucristo y le hace esta pregunta: "Quo vadis, domine?". El pasaje al que hacemos referencia se encuentra en el manuscrito llamado “La leyenda aurea”. Este códice escrito en el siglo XIII, por el monje dominico y arzobispo de Genova, Santiago de Vorágine, refiere con gran detalle y en latín, la vida de 180 santos y mártires de la Iglesia Católica. 
En este manuscrito se cuenta el episodio de San Pedro, cuando el emperador romano Nerón en el año 64 comenzó una terrible persecución contra los cristianos. San Pedro temeroso de lo que pudiera sucederle, huyó de Roma por la Vía Apia, pero en el trayecto se encontró con Jesucristo que cargaba con una cruz, y le preguntó: "Quo vadis, Domine?" (¿A dónde vas, Señor?) Jesucristo le contestó: “Mi pueblo en Roma te necesita. Si abandonas a mis ovejas, yo iré a Roma para ser crucificado de nuevo”.
San Pedro avergonzado de su cobarde actitud, volvió a Roma y de inmediato fue detenido por el emperador. Como se lo condenara a ser crucificado, dijo que no era digno de morir como su maestro, por lo que los romanos optaron por crucificarlo cabeza abajo.
En el lugar de su martirio hoy día según la tradición se levanta la Basílica de San Pedro de El Vaticano y en la cripta de la Basílica reposan los restos del apóstol de Jesús.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para que sea encontrado el submarino argentino ARA San Juan, que se encuentra perdido en el Océano Atlántico hace tres días con 44 tripulantes a bordo. Que el Señor guíe a los que los buscan, conceda paciencia y tranquilidad a los familiares que los esperan y los consuele en medio de la incertidumbre que los aqueja.

Pedimos oración por Evelyn Patricia P., de El Salvador, Centro América, para que Dios Misericordioso la ayude en su trabajo.

Pedimos oración por la salud de Raúl F. Z., de Santa Fe, Argentina, 69 años de edad, con afección neurológica compleja, rogando a Jesús que lo sostenga en estos difíciles momentos y a la Santísima Virgen que acompañe y fortalezca a sus hermanas y hermanos que siempre lo han cuidado con un amor ejemplar.

Pedimos oración para las siguientes personas de Argentina: María Ester O., que será operada por tercera vez de desprendimiento de retina; Ramón G., con demencia senil; Inés F., que sufre de parkinson y será sometida a una operación intracraneal; Victoria de L., que debe rendir su último examen de la carrera de arquitectura; María A. G., afectada de esguince de tobillo; y Ángela D., operada por cuarta vez por fracturas múltiples. A todas estas personas las dejamos en las Santas Manos de Jesús.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados.  Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Noviembre 18
Gracias Dios mío, por haber sido tan bueno que nos has dado por Madre a la Virgen María, tu propia Madre.
Gracias por habernos dado en ella la fuente de la gracia, la indulgencia bondadosa del perdón de todas nuestras culpas, la luz para las almas, la suave esperanza de nuestro corazón.
Gracias, Señor, te damos por tan solícita Madre, que a todos nos procura la eterna salvación. Gracias porque la hiciste tan grande y tan hermosa, gracias por su purísimo e inmaculado Corazón.
Te pedimos, Madre, que tu bondad nos aliente a vivir nuestra vocación cristiana en permanente acción de gracias.
* P. Alfonso Milagro
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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